
No es fácil quererte a veces:
depender de una mirada cómplice
cuando sólo ves buitres acechándote,
es como respirar obsesionado porque
el aire que te sostiene, poco a poco,
te consume, y eres consciente de
cada gota de aire que te oxida
hipotecando tu ilusionada sangre.
No es fácil tener que imaginarte
estando tan endemoniadamente
cerca mi boca de la tuya, y mis
manos de tu indómita cintura.
La noche sume en el caos mis
expectativas y el día claramente
lo confirma; somos carroñeros
rivales que no comen con tal
de que el otro, tarde o temprano,
se rinda.
No es fácil quererme a veces,
tú también me arrancarías de
un zarpazo la parte de mis sesos
que hiere, y que nunca echarías
de menos,
lo sé, y espero que el resto de mí
te compense para siempre.
depender de una mirada cómplice
cuando sólo ves buitres acechándote,
es como respirar obsesionado porque
el aire que te sostiene, poco a poco,
te consume, y eres consciente de
cada gota de aire que te oxida
hipotecando tu ilusionada sangre.
No es fácil tener que imaginarte
estando tan endemoniadamente
cerca mi boca de la tuya, y mis
manos de tu indómita cintura.
La noche sume en el caos mis
expectativas y el día claramente
lo confirma; somos carroñeros
rivales que no comen con tal
de que el otro, tarde o temprano,
se rinda.
No es fácil quererme a veces,
tú también me arrancarías de
un zarpazo la parte de mis sesos
que hiere, y que nunca echarías
de menos,
lo sé, y espero que el resto de mí
te compense para siempre.