Ya a la venta en Amazon "El libro de Cuentopoemas"

Todo tiene un propósito, escribir esto tiene algunos, que lo leáis tiene bastantes interactuando. Cada propósito trata de empatizar en su franja de horizonte. Son piezas de puzle únicas e insustituibles, con un futuro de espermatozoide. Intentar encajar constantemente es lo único loable que, sin embargo, con el paso de lo cotidiano, sucumbe...

Solo yo

Llevo toda la vida de otro intentando sobrevivir a las dudas y al temor de afrontar el camino hacia la mía. Por eso busco un lugar para sobrevivir a ese extraño que soy, donde no reconozca amenazas infundadas, no note el tiempo escabullirse constantemente entre mis deseos, no sufra causas impuestas ni me degraden desarrollos ajenos, ser solo yo, como meta...

A veces, solo soy dudas

Nada de lo que digáis o hagáis podrá hacerme cambiar de idea, incluso será inútil lo que os calléis o no llevéis a cabo. Porque, realmente, no tengo ni idea...

Un día como hoy. Mozart

Quiero dejar testimonio de que un día como hoy, doce de agosto del año dos mil diecisiete, a las once horas veinticinco minutos de la mañana estuve aquí, en este blog, intentando escribir algo merecedor del tiempo que empleéis en leerlo... Y una vez más no lo conseguí. Yo mismo lo he leído y me he recomendado añadir algo que compense tamaño despropósito. A poder ser de un artista genial o, al menos, contrastado...

He aquí, pues... Sinceramente creo, que nadie puede ofrecerles nada mejor que el Requiem de Mozart:

Gripecito y su amigo Pablo (cuento de "El libro de Cuentopoemas")

Gripecito era un virus niño de color naranja muy alegre. Sus papás lo tuvieron exactamente un viernes de enero por la noche en una confortable habitación entre la nariz y la garganta de un niño humano llamado Pablo. La familia de Gripecito era muy grande, tenía tantos hermanos que no los conocía a todos, se podría decir que eran muy felices porque pasaban todo el tiempo bañándose en mocos, enjuagándose después en saliva, colonizando pituitarias, viajando hasta la boca para jugar al escondite entre los dientes y saltar hasta no poder más sobre la lengua, Al final, siempre terminaban deslizándose por el vertiginoso tobogán de la tráquea antes de volver a casa como experimentados escaladores de gargantas...

Dibujo: Gripecito

Dibujado por: Pablo Ruiz

Comentado por: Antonio Ruiz 

El libro de Cuentopoemas

Hacer de este sitio un lugar confortable:

donde sacar a pasear la curiosidad;

que la imaginación se airee entre palabras ascendentes;

el centro de un laberinto donde desempolvar sueños y descubrir metas.

Hacer de este sitio, el lugar exacto donde estar cuando lo demás

está de más…

Cuadros invisibles. de "El libro de Cuentopoemas"

Hoy es el segundo día consecutivo que los reconozco. Eso significa que, si mañana volviera a ocurrir, los vería para siempre y sin esfuerzo. No sé aún qué hacen exactamente ahí, qué escena protagonizan ni en qué ambiente se desarrolla. Simplemente están, existen solo cuando los observo, nadie los ha visto antes ni los verá jamás. Nadie tiene el mismo grado de locura e imaginación que otro, es la huella de identidad que más nos diferencia y más concretamente nos define.

Uno de ellos parece un muchacho de unos catorce años con una ropa arlequinada, apoyado con el brazo izquierdo en una maqueta de la Torre Eiffel, mientras que con la otra mano parece estar tocando la lente de un gigantesco telescopio que se extiende por la mitad del cuadro, aún estoy intentando recomponer una ventana por la que asome al cielo…

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Pat Metheny "Cinema paradiso"

El gran Pat Metheny interpretando "Love theme" del maestro Ennio Morricone. Tema central de la maravillosa "Cinema paradiso" de Giuseppe Tornatore . Una delicatessen para irse a dormir amablemente...

Mantengámonos así

Mantengámonos así:

sin un solo sentido que

se aventure a nuestra intemperie,

sostenido en una nota de Vai,

como el horizonte de un cuadro.

Donde estamos ahora no existe

otra posibilidad de ser, y no estar

muerto.

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La espera

Sumergidos en expectativas

buceando entre recuerdos

la espera nos anega

y la tierra está en otro mundo

Esta noche. Poema de "El libro de Cuentopoemas"

En esta noche estrellada, nuestras miradas se estrellan

contra el silencio que nos predomina en estruendos.

En la quietud de esta noche un diluvio de incógnitas

nos zarandea difuminándonos.

Esta noche no tiene memoria ni costumbres, no

recordará en nosotros nada que no seamos ahora.

Esta noche es perfecta, nosotros estamos y sentimos

perfectamente y, sin embargo,

Esta noche es una noche cualquiera, sin historia ni

consecuencias. 

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Ahora. Poema de "El libro de Cuentopoemas"

Ahora, ya no es una oportunidad latente.

Ahora, de nuevo arrepentimiento y anhelo.

Ahora, se ha esfumado entre mis manos como

un colibrí esquivando nuevos néctares.

Ahora, renace.

Ahora, está de rodillas, apoyada en la bañera,

envuelta en una toalla mínima, aclarándose el cabello.

Ahora, solo puede ser ahora.

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Mantener

Mantenerte es intentar mantenerme en la

forma idónea para recorrer algún día

la distancia entre lo probable que somos

y lo sublime que seríamos.

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Lo único. Poema de "El libro de Cuentopoemas"

Lo único que poseo ahora que no derive

en una expectativa incierta, en una evocadora

espera de claroscuros propósitos, son esos extraños seres

que, a veces, sonríen mientras los observo; me sonríen;

incluso sonreímos, mientras cohabitamos en una 

claustrofóbica cueva eléctrica…  

Es una prorrogación, una segunda oportunidad

para creerme, para la

fe.

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¿Cuántos? (Paranoia de "El libro de Cuentopoemas")

¿Me pregunto cuántos de ustedes contestaréis a esta pregunta? ¿Cuántos la encontraréis oculta entre los laberintos de la duda o del misterio? ¿Cuántos responderéis con otra pregunta parecida? ¿Cuántos hallaréis la réplica maestra que abra todas las interrogantes? ¿Cuántos me preguntaréis ¿cuál es la pregunta?? ¿Cuántos callaréis pensando en trampas o bromas? ¿Cuántos anónimos me insultaréis creyendo que me sobra merecimiento por plantearos pensar en tantas cosas nimias? ¿Cuántos ni siquiera llegaréis a este signo de interrogación? ¿Cuántos me sorprenderéis aportando algo diferente a todo lo que cuestiono? ¿Cuántos diréis qué, o cómo, o nada? ¿Cuántos seréis todos juntos? ¡¿Cuántos podréis llegar a ser cuántos?! ¿Cuántos podríamos obtener algo positivo de esto? ¿Cuántos sabréis cómo detenerme de una vez por todas?,,, (Continúa en "El libro de Cuentopoemas") 

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La envidia "El libro de Cuentopoemas"

La envidia

Envidio a los creyentes que jamás han dudado de la existencia de Dios. Y a los que están convencidos de que atravesarán por ello las puertas del cielo, a esos, casi los venero.

A los que, cuando aman, no temen dejar de ser correspondidos.

A los que piensan que la esperanza nunca puede ser lo primero que se pierde.

A todos los que aseguran que han visto un final de túnel iluminado.

Envidio la vida que renace eternamente. A la inmensa mayoría de criaturas de este planeta que no son conscientes de que van a perecer sin remedio.

Envidio a los que se levantan sin nada que hacer de antemano, e improvisan.

A los que podríamos haber sido en condiciones normales de pasión y cultura.

(continúa en "El libro de Cuentopoemas")

El libro de Cuentopoemas

Hasta ahora

Hasta ahora, y después de todo,

nada

ha sido suficiente…

La decepción de no admirar a

nadie

que no se decepcione a sí mismo

constantemente

es una cruz demasiado frágil para

que alguien me redima, de tantas

ambiciosas expectativas,

clavándome…

El amor ha sido

relegado

a un complemento frívolo,

la salud es una lotería genética,

y la riqueza un afán incontrolado

de poseer cosas muertas…

En medio,

nosotros intentando ser náufragos de preferencia,

moribundos de primera en la uci del deseo…

El tiempo perdido. Poema de "El libro de Cuentopoemas"

El tiempo perdido

Nadie debería necesitar alcanzar metas tan distantes

a sus facultades o arrojo,

solo nos hacen malgastar lo potencialmente

maravilloso que ya poseemos.

Aunque, quizá no desearlo nos privaría del ahora.

Seríamos otros, anhelando otros mundos y

desatendiendo otros brazos y otros besos…

No sé…

He terminado para siempre por hoy, por ahora,

de buscar el utópico orden de decir esto para

convencerme de que pueda ser cierto.

Regreso con ellos,

espero que me esperen,

espero, esperan….

 

Idealio. "El libro de Cuentopoemas"

Llega el día donde tu idealio emerge como

un cetáceo, frenético mira hacia atrás,

observa su alrededor, contempla el horizonte.

Cautivo. Desubicado como una cabra montesa

en

el

abismo

de Challenger,

y todo tiene la misma tonalidad panza de burro,

el mismo brillo de espejo oxidado,

la misma textura de hamburguesa, e idéntico olor:

ese aroma a carbono tísico ligeramente alcantarillado.

Y te pregunta: ¿y ahora qué? y, peor aún,

¿Quién coño eres tú?

Imaginemos. Fragmento de "El libro de Cuentopoemas"

Imaginemos las respuestas a estas incertidumbres existenciales:

Si el destino eterno depende de haber sido bueno o malo a lo largo de nuestra vida.

¿Dónde iremos el resto?

¿Se puede no ser lo suficientemente bueno, o malo, o basta con serlo con mayoría simple?

Si tuviésemos la certeza de un paraíso.

¿Seríamos buenos de corazón o por conveniencia?

¿Ser bueno por interés se consideraría como un pecado leve, grave, moderado o paradójico?

¿Cuál sería el baremo a aplicar llegado el juicio final?

Si no existiesen actos malvados.

¿Habría religiones, políticos o telediarios?

¿Qué estaría escribiendo yo en este momento?

¿Coincidiría con lo que ustedes están leyendo ahora?

Si tenemos que reencarnarnos en un animal.

¿Podríamos elegir de nuevo ser una persona?

¿Se puede pasar un turno o una vida si el destino fuese un escarabajo pelotero o un animal de granja guion matadero industrial?

(continúa en el libro)