Sonríe
Aquí todo es idóneamente
definitivo
e incorruptible, inasible
para los
recuerdos y tangibles
expectativas,
como si lo contrario
hubiese sido
creado por aviesos
seres ajenos.
Aquí se es sin temer transcurrir,
siendo fin sin origen
ni decadencia.
Estar es
imprescindible y apenas
importa.
No sentir, ahora,
mientras tu sonrisa
ensombrece cualquier
sombra,
es el recóndito temor
que se cierne
desde cada palabra
cargada de
alevosos precedentes.
Así que callemos y sonríe
hasta
que el miedo sea
vestigio o
no haya existido
nunca.