Las autoridades
sanitarias de EFDLT advierten que la lectura de este texto puede perjudicar
seriamente su salud mental, o no, o todo lo contario, o quién sabe qué… Qué más
da.
Improvisar:
Esto
es algo improvisado. Os prometo que a fecha de esta “palabra” ni tan siquiera
es un comienzo de una idea intencionada, o el boceto de una imagen más o menos
recurrente. Si sé, en cambio, que su origen es fruto del inconfesable hecho de
tener electroencefalograma blanco.
Soy
consciente de que la improvisación y la sinceridad pueden acarrearme trágicas
secuelas pero reconozco que es demasiado adictivo para dar marcha atrás y
renunciar al éxtasis de descubrirme en la clarividencia cuando todo me
condiciona a la miseria más vulgar, de la que suelo formar parte regular y cotidianamente.
Digamos que me estoy auto operando el intelecto sin anestesia siendo consciente
por mi trayectoria de que la mayor probabilidad está de parte del descrédito,
si alguna vez tuve crédito, claro.
A
esta altura del texto me parece un asidero en pleno descenso a los abismos, una
ventana furtiva en la caída desde donde puedo intentar seguir sintiendo y, por
qué no, haciendo sentir…
Cuando
alguien no tiene nada concreto que contar ¿Estaría mejor refugiado sin premura en el silencio o el televisor? ¿Hago
mal intentando dar a luz prematuramente quizás, a lo que puede que en un futuro
fluya plácidamente bello y sin esfuerzo, envuelto en la mágica sabiduría de su
precioso y preciso momento, a lomos de la inspiración?
¿O
puede que estas palabras jamás hubiesen sido vomitadas sin la desesperación y
el desasosiego de este instante?
De
todas formas ¿Sirve de algo intentar reflexionar sobre nuestra propia
decadencia, sobre nuestro tiempo yermo?
Las
palabras adecuadas, armónicas y hermanadas, esas que hacen germinar nuevos mundos
y sensaciones huyen despavoridas lejos de mí, ¿o no?
Sea
cual sea lo que sea no podría distinguirlo ni valorarlo precisamente ahora.
En
cualquier caso, os pido benevolencia y perdón por lo que entendáis que pueda
ser esto…