...Ademáh, ¿a qué viene hablah tan temprano de sexo? —aunque el Ágila esta ya se haya pegao el lote—, hay que teneh ganah de empezah el día deprimía. No conohco a nadie casao que esté satisfecho de su vida sexuah. Unoh se quejan de la cantidah, otrah de la calidah, y bastanteh de ambah cosah. Tampoco es que conohca a muchoh solteroh contentoh del sexo pero sé que debe haberloh. Al menoh, por la cantidad, o eso, o solo follan los ricoh y loh famosoh.
M.Águila—¡Oye tú! Que comenzah el día queriéndose y lamiéndose es to lo contrario a deprimirse, por mu poco que te dure la alegría, o le dure dura... Habrá que verte a ti recién levantá diciédole al pobre Paco: “échate ya pallá que hace mucha caloh y no tengo la cabeza ni el chichi pa ná”.
M.Alcor.—No hija no, yo soy mu fisna pa eso, yo con areccogeh un poco el culo cuando él se me presenta firme o darme media vuelta con un sutil suspiro ya tengo suficiente para que me respeten.
M.Remedios,— Pos ya ve, a mí eso del respeto y la sutileza no me pone, como dice ahora to er mundo. Yo creo que si mi Fernando me cogiera por detráh desprevenía y no atendiera a razoneh y me tumbara sobre la mesa como el cartero pesao a la Jessica Lange, lo exprimiría como una narahja washi...
M.Águila—¡Qué barbariah, que callaíto te lo teníah Remedioh, miarma! Vamoh que te va la marcha y el poderío, ¿no? Valla hombre con la desganá, no le cabe na ni na...
M.Alcor.—Mira, mira si se ha puesto colorá y to, qué callaíto te lo teníah cacho guarra. Me apuesto lo que quierah tia a que tu marío sueña exactamente con lo mihmo y no satreve ni a pensahlo al lao tuyo. Al finah soih doh volcaneh tragándose la lava por verguenza a escandalizá... ¡Hay que veh...! ¡Qué perdida máh grande de fuego y de alegría par cuerpo, omía!
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