Pablo (El milagro)
Te lo diré una vez más, o dos,
o cien, o mil veces ciento tres
sin tener en cuenta la anterior.
No me cansa ser el yo permanente
inquilino del deseo que te inspire,
siendo la verdad de amarte el
único sacrificio que debo ofrecerte
para que sigas siendo luz de alba,
calor de abrazo, suicidio de saliva.
Ahora has muerto sin mí.
Ya vives en lo eterno conmigo.
Y pueblas hasta el infinito
con lo que me propagas inmenso.
En tu plenitud el mundo ríe
y llora, nace y muere, sufre y goza
a la vez, hasta entendernos utopía.
Ahora, tú y yo, somos milagro.
o cien, o mil veces ciento tres
sin tener en cuenta la anterior.
No me cansa ser el yo permanente
inquilino del deseo que te inspire,
siendo la verdad de amarte el
único sacrificio que debo ofrecerte
para que sigas siendo luz de alba,
calor de abrazo, suicidio de saliva.
Ahora has muerto sin mí.
Ya vives en lo eterno conmigo.
Y pueblas hasta el infinito
con lo que me propagas inmenso.
En tu plenitud el mundo ríe
y llora, nace y muere, sufre y goza
a la vez, hasta entendernos utopía.
Ahora, tú y yo, somos milagro.