El claustro
Pensé, desencadenando incluso en un plan: cuando termine y publique “El
libro de Cuentopoemas” me tomaré un descanso, unas semanas de ayuno, sin duelos
neuronales, sin ideas ambiguas y conclusiones inconclusas; voy a leer sin
bolígrafo ni papel cerca, con el ordenador apagado; al fin aprenderé a tocar la
guitarra, tendrán que ponerle cuerdas nuevas porque están oxidadas; pasaré más
tiempo con quienes quiero y quieran que lo haga…
Aún no sé por qué todo en mí comienza y termina siempre en este
claustro de palabras.
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