Soñé con mi infancia
A medida que pasa el tiempo y la cruda realidad te engalana de desengaños, te blanquea el cabello con problemas y te ancla en el conformismo de lo cotidiano y de lo socialmente predispuesto, vamos perdiendo de vista la imagen idílica de todos los sueños que teníamos en la infancia, y que eran nuestras ansiadas metas. Hoy, gracias a un agujero negro en mis recuerdos, provocado por un intenso dolor de cervicales, he vuelto a disfrutar con nostalgia y resignación de algunos de esos fantásticos sueños casi desterrados.
Estuve tantas veces disfrutando de la exhuberancia de la selva, velando por su armonía con tan sólo un grito, un taparrabo y un rudimentario machete.
Muchas noches, sin que nadie me viese, Tarzán se adueñaba de mi inconsciente.
..Otras prefería escapar en buscar de soledad y aventuras a montañas inhóspitas, para comprobar que yo también formaba parte de la naturaleza como el famoso Jeremiah Johnson.
Y al fin encontré el que fue mi último gran sueño, perderme cada vez que mi alma lo necesitase, y fundirme con y en África.
Que los sueños no estén nunca en el cajón. No hay que soltarlos. Son como los globos con helio: Te pueden llevar muy lejos y hacerte feliz
ResponderEliminarMuy lindo tu blog. Da gusto leerte y pasear por Europa aunque sea de forma virtual y por fotos. Gracias por firmar mi blog y espero sigamos en contacto. Desde estas pampas argentinas un cordial saludo: Mariana
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminar