Poesías, relatos, cine, música... Un remanso en medio de este apocalipsis (grupo EFDLT)
lunes, 5 de noviembre de 2012
martes, 18 de septiembre de 2012
Las aventuras de Pablo en el faro. Las salamanquesas (III)
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 19:10 0 Comentarios
lunes, 3 de septiembre de 2012
Las aventuras de Pablo en el faro. Las salamanquesas (II)
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 18:56 0 Comentarios
lunes, 13 de agosto de 2012
Las aventuras de Pablo en el faro. Las salamanquesas (I)
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 14:34 0 Comentarios
jueves, 7 de junio de 2012
El espíritu
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 1:44 1 Comentarios
jueves, 10 de mayo de 2012
Sonríe
Aquí se es sin temer transcurrir,
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 19:40 1 Comentarios
lunes, 23 de abril de 2012
La incógnita
serias posibilidades aún de triunfar,
aunque todavía no intuyamos qué,
cuándo, ni por qué.
aunque todavía no sepamos qué.
Hay algo entre tú y yo que puede
triunfar y no sabemos qué.
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 1:29 1 Comentarios
lunes, 9 de abril de 2012
La ira, el último vestigio de la esperanza (VII). Mañana
De madrugada, en un lugar impensable, con una compañía insospechada, sentadas en un sofá pasado dos décadas de moda, se encontraban dos almas sin rumbo y sin tener la más mínima idea de los derroteros que iban a tomar los acontecimientos inmediatos. Mientras caía como del cielo este coro maravillosamente perturbador:
Qua resurget ex favilla
Judicandus homo reus.
Huic ergo parce, Deus
Pie Jesu Domine
Dona eis requiem, Amen.
—Pues de qué te gustaría comenzar a hablar.
—Te encuentro algo tensa, como si hubiese un protocolo que seguir. No tenía nada concreto para empezar a hablar pero, puede ser de cualquier cosa, de lo primero que se nos ocurra. Por ejemplo, dime: ¿te gusta esta música o prefieres que ponga otra parecida? Perdona pero con el tiempo me he vuelto de un luctuoso corrosivo.
—No, el Réquiem me parece una buena elección, es lo que necesitamos los dos, un descanso, no eterno, pero lo suficientemente sosegado para contemplar en qué nos hemos convertido, e intentar reconducirnos.
—Escuchando su grandiosidad no me cabe duda de que Mozart terminó dedicándose esta última composición. ¿Crees que él también se arrepintió de lo que acabó siendo?
—La verdad, creo que sabía que era uno de los grandes genios de todos los tiempos. Si se arrepentía de algo era de no haber contado con una salud del mismo nivel que su genialidad musical aunque, más que arrepentirse se lamentaría porque no pudo hacer nada por evitarlo.
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 0:43 1 Comentarios
lunes, 2 de abril de 2012
Adiós
Se precipitan
las palabras
que más necesito
ahora, casi
inéditas,
obviadas
mientras algo
las definía.
Te, cae
desperdiciada
como una hoja
desprendida
en primavera y,
quiero, ni siquiera
es inteligible en su
podredumbre.
Perdóname, se
desploma
como estiércol de labios
sobre hastío de espera.
Incluso ¡hola!,
no soporta
que la exclamen
más de una sílaba,
restando una
lastimera
interjección otoñal.
Me brotan
enredaderas
de despedida que
asfixian al resto de
signos que se hunden
en un sopor de
selva,
y el vigor del musgo
nos avoca a
las sombras.
Sobrevivo del
humus que deja toda esta
ausencia.
Adiós.
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 7:58 2 Comentarios
viernes, 16 de marzo de 2012
Reptiles
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 20:55 1 Comentarios
lunes, 27 de febrero de 2012
Nuevo día
se corrompiese al experimentarnos.
Olvidar se parece en nosotros demasiado a
sobrevivir, a descansar sobre una mullida
nada
a punto de eclosionar en un todo reprochable.
Aun merecedores, no deberíamos amar
temiendo, como te quiero sobre todo ahora,
por lo de estar in fraganti, además en verso.
Del estiércol brotaremos aún más bellos,
más efímeros quizá, más o menos eso o
algo que desconozcamos y que sirva para
nivelar lo real y lo deseado, como querer
zanjar esto definitivamente con esta frase.
tras un beso espontáneo sabiendo todo lo
que no ha pasado desde el último abrazo.
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 2:10 2 Comentarios
jueves, 16 de febrero de 2012
Carnívora realidad
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 22:54 0 Comentarios
lunes, 30 de enero de 2012
Soledad erecta
la sed hasta que es razonable penetrar en esta
noche persiguiéndote con la avidez de un bonobo—,
como levitando —jamás vi levitar a nadie pero
ha de ser justo como cuando te imagino ahora
posándote sobre mis vellos: eterna bienvenida a
lo extremo—,
desde el abismo hasta la cumbre de un mismo
deseo inefable —lo ubico en la inmensidad para
poder abrazarte en algún lugar inconcreto con la
calidez que desprende acariciar lo impalpable
hasta conseguir sentirlo aún más adentro—,
estarás —de eso estoy seguro aunque no pueda
concretar ni cuándo ni cuánto ni por qué—,
pero, mientras tanto, continua manifestándote
exultante ante mi erecta soledad.
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 16:53 0 Comentarios
martes, 17 de enero de 2012
Extraña de Pablo Navidad la (II)
Así lo hizo, así lo intentó, quiero decir, porque en cuanto subió el último escalón no pudo reprimir la instintiva e inexplicable tentación de echar un último vistazo sobre sus pasos observando perplejo como un grupo de enanos, o nomos, o duendes estaban intentando llevarse un piano de pared que había sido el regalo de Reyes de sus padres el año pasado, y que él consideraba el mejor regalo que jamás habían hecho. No podía quedarse allí sin hacer nada mientras esos ladrones de cuento le quitaban parte de su presente y, ahora también, de su pasado.
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 11:24 0 Comentarios
domingo, 1 de enero de 2012
Extraña de Pablo Navidad la (I)
Los siete años de Pablo lo hacían demasiado pequeño para comprender del todo lo que significaba la Navidad y el por qué de lo que en ella acontecía. Demasiado pequeño para evitar que con el paso del tiempo eso dejara de suceder. Para él la Navidad era un árbol adornado con delicadas figuras que ya no podía desmantelar sin esperar terribles represalias de sus padres, el mismo Belén de siempre en el mismo solemne e inadvertido lugar, y unas calles llenas de luces de colores: unas imitando objetos y criaturas celestiales, otras eran figuras irreconocibles o abstractas de las que le gustaba pensar que eran personajes del infierno reclamando su porción de felicidad —si existían era porque Dios lo permitía, aunque el motivo fuese inescrutable, y por ello sería de una crueldad imposible de atribuir a Dios privarles por completo del espíritu navideño—.
El día de Noche Vieja era un día como otro cualquiera si no fuese porque, sorprendentemente, el resto del mundo no pensaba cómo podrían saltarse el tiempo que sobraba entre fin de año y Reyes. Las horas de caracol que se arrastraban hasta que por fin descubría materializados sus deseos eran innecesarias, infinitas, pegajosas, definitivamente prescindibles. No sabía qué idear para conseguir que esta noche fuese la última. Suspiraba profusamente cada vez que se imaginaba acostándose agotado después de tragarse enteras casi todas las uvas, y despertando poco después rodeado de regalos.
Pensaba que esa sería la forma ideal de transcurrir el tiempo: concentrar las fechas donde somos felices y eliminar el resto. Así que después de festejar la entrada del nuevo año con su familia se fue a la cama deseando con todas sus fuerzas que el tiempo le regalase sus horas y avanzase hasta la mañana del seis de enero. Lo deseó con tanto afán que en cuanto despertó salió corriendo escaleras abajo en busca de los paquetes que estarían sin duda alguna a los pies del árbol de navidad. En cuanto dejó de mirar los escalones que bajaba de tres en tres y alzó la cabeza comprendió que algo incomprensible ocurría, su sonrisa fue menguando, sus ojos recorrían todo el salón frenéticamente como buscando aire para respirar. ¿Dónde estaba el árbol, las guirnaldas, el belén? Se preguntaba cariacontecido...
Profetizado por Antonio Ruiz Bonilla a las 21:02 0 Comentarios