Adán y Eva. Primeras reflexiones sobre la pareja (la pasión masculina)
De cómo surgió la pasión (según Adán)
He de reconocer que en cuanto la veo demasiado inclinada hacia
el abismo no pienso en otra cosa que no sea contrarrestar la gravedad de su cuerpo
con la firmeza de mi fe sobre su pecho, y en hacer perdurar el epicentro de su
alma en el paraíso eterno con la profundidad de mis venas.
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