Una tregua
Una tregua. Un día libre y nublado donde corre una ligera y fresca brisa. Todo parece estar en calma ahora que escribo esto, como un paréntesis en un infierno por fascículos. Miro por la ventana buscando más allá de las antenas y los pisos y solo veo nubes amenazantes que ocultan tu pelo, tu espalda, el movimiento de tu cintura al unísono con el único reducto para mi cordura y mis anhelos... En fin, una jornada de reflexión antes de volver al caos de los horarios, los coches y el trabajo, todo ello sazonado con el calor inquisidor de Sevilla...
Qué sería de mí sin esta fe inquebrantable en los milagros...
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