Amadeus. De Milos Forman
Muchos años después, y habiéndola visto infinidad de veces, esta maravillosa película dirigida en 1984 por Milos Forman, “Amadeus” tiene una escena final que sigue provocándome un cierta asfixia, una placentera arritmia que eriza mis vellos y apelmaza en miles de puntos placenteros el relieve de mi piel.
El director debió rozar la locura y el orgasmo al contemplar la hermosura con la que había atrapado la esencia de la divinidad de Mozart. Esta mítica secuencia nos muestra a un Wolfgang agonizante en su cama, sacando las fuerzas necesarias para dictarle a Antonio Salieri su última gran obra antes de morir, “El Réquiem”.
Veámosla una vez más, suban el volumen, pónganse cómodos, abran sus poros, y déjense influenciar: