7º.Una proposición indecente
A lo largo de la vida de una persona, de un gobierno, o de un país, surgen ideas con perspectivas de cambio trascendentales, que de antemano parecen tan utópicas e imposibles de afrontar con éxito, que ni tan siquiera las tomamos en consideración. Y acaban, antes incluso de ser estudiadas, olvidadas, y desconocidas para la mayoría de los posibles beneficiarios. No obstante, se tiene la certeza absoluta, de que si la madurez y mentalidad del colectivo afectado fuese lo suficientemente fuerte para soportar esa ruptura tan radical de lo establecido, esa idea sería un grandioso avance para todos y cada uno de los miembros de esa sociedad.
Yo propongo, aun a riesgo de ser tildado de paranoico, un sistema de jubilación parcial anticipado por etapas satisfechas. Me explico, que garantías me puede ofrecer nadie, de que no vaya a morir antes de jubilarme, o de que una vez jubilado con sesenta y cinco años no esté limitado por una enfermedad crónica, o simplemente hastiado de vivir y sin ganas de disfrutar del merecido descanso de una forma activa.
¿Por qué no puedo disfrutar de partes de ese periodo cuando aun tengo salud y disposición sobradas para atragantarme de vida? Se podría establecer un sistema por el cual, por cada diez años cotizados a la S.S. Siempre de forma opcional, se pudiesen descansar dos. Para suavizar la carga que esto supondría a las arcas del estado, cada vez que alguien se acogiese a este derecho, tendría que jubilarse definitivamente un año más tarde. Así una persona que empezara a trabajar a los veinticinco años, tendría a los treinta y cinco, dos años para disfrutar de antemano de su jubilación, y poder enriquecer su vida viendo crecer a sus hijos, o retomando esos estudios abandonados por vaya usted a saber que inoportunas circunstancias.
De nuevo diez años después, con cuarenta y siete, disfrutaría de otros dos años sabáticos con cargo a su jubilación, para poder recrearse en otra etapa de su vida, revitalizarse al lado de nuestros hijos adolescentes, divorciarse, volverse a enamorar, o simplemente, y lo más bello, reafirmarle que la quieres.
De nuevo repetiríamos el proceso a los cincuenta y nueve años, para acabar definitivamente jubilado y satisfecho de la mayor parte de nuestra vida, a los sesenta y ocho años.
Necesito que me apoyéis, para hacer fuerza, tengo más de diez años cotizados y necesito disfrutar de mi vida, ahora.
Yo propongo, aun a riesgo de ser tildado de paranoico, un sistema de jubilación parcial anticipado por etapas satisfechas. Me explico, que garantías me puede ofrecer nadie, de que no vaya a morir antes de jubilarme, o de que una vez jubilado con sesenta y cinco años no esté limitado por una enfermedad crónica, o simplemente hastiado de vivir y sin ganas de disfrutar del merecido descanso de una forma activa.
¿Por qué no puedo disfrutar de partes de ese periodo cuando aun tengo salud y disposición sobradas para atragantarme de vida? Se podría establecer un sistema por el cual, por cada diez años cotizados a la S.S. Siempre de forma opcional, se pudiesen descansar dos. Para suavizar la carga que esto supondría a las arcas del estado, cada vez que alguien se acogiese a este derecho, tendría que jubilarse definitivamente un año más tarde. Así una persona que empezara a trabajar a los veinticinco años, tendría a los treinta y cinco, dos años para disfrutar de antemano de su jubilación, y poder enriquecer su vida viendo crecer a sus hijos, o retomando esos estudios abandonados por vaya usted a saber que inoportunas circunstancias.
De nuevo diez años después, con cuarenta y siete, disfrutaría de otros dos años sabáticos con cargo a su jubilación, para poder recrearse en otra etapa de su vida, revitalizarse al lado de nuestros hijos adolescentes, divorciarse, volverse a enamorar, o simplemente, y lo más bello, reafirmarle que la quieres.
De nuevo repetiríamos el proceso a los cincuenta y nueve años, para acabar definitivamente jubilado y satisfecho de la mayor parte de nuestra vida, a los sesenta y ocho años.
Necesito que me apoyéis, para hacer fuerza, tengo más de diez años cotizados y necesito disfrutar de mi vida, ahora.