Belleza latente
Otra mañana cualquiera, amanece en esta parte del mundo. Todo parece apacible antes de que la mayoría de personas despierten e inunden los espacios, violen el silencio y traicionen el tiempo otorgado. Por un momento, desde mi ventana, mirando como se estremecen e iluminan las plantas con los primeros brotes de luz tímida del alba, el claroscuro de la vida arrinconada de un pequeño parque, me apacigua el alma. Y creyéndome inspirado empecé a escribir hasta que el ruido de motores me contaminó, y no queriendo sucumbir al vertiginoso ritmo de las horas monótonas, te observé durante un tiempo dormida, y encontré motivo suficiente de paz y armonía sosegada para seguir extasiado unas líneas más…
Ojalá estas palabras provoquen en alguien una sensación parecida, al menos unos instantes, un minuto en el mundo de los sentidos primarios, donde la tierra y un rostro amable, sean suficientes para reencontrarnos con nuestra sometida pero aún latente belleza.
Gracias por compartir ese instante, de tan maravillosa, paz.
ResponderEliminarun abrazo desde Iquique, Chile
Yo creo que estos son los momentos en que realmente somos felices. Pocos, contados, pero ahí dentro, en esos instantes maravillosos somos más persona, más auténticos, más reales, más íntimos y personales.
ResponderEliminarEstupendo blog. Saludos.