El arte inalcanzable
Aunque aún esté ahí, tentándome como las
religiones a soñar mediante el sacrificio,
incluso podría llamar súplica a este intento
concreto con el que tan sólo me reafirmo
en la atonía de un voluntad mediocre,
y quede espacio donde evitar la solaz
inercia de este tiempo esclavo que corre
en estampida hacia una salvación en cuarentena,
parece que haga siglos que lamente
de cuanto me privarán mis limitaciones,
palabra a palabra sin eco de versos,
minuto a minuto irrecuperables,
sin fe en que la muerte me remedie,
alcanzando una imagen y semejanza elevada,
y demostrar que todo lo que necesito es
decirte con el arte que mereces, y con
el que me jalonas cuando callas entregada.
religiones a soñar mediante el sacrificio,
incluso podría llamar súplica a este intento
concreto con el que tan sólo me reafirmo
en la atonía de un voluntad mediocre,
y quede espacio donde evitar la solaz
inercia de este tiempo esclavo que corre
en estampida hacia una salvación en cuarentena,
parece que haga siglos que lamente
de cuanto me privarán mis limitaciones,
palabra a palabra sin eco de versos,
minuto a minuto irrecuperables,
sin fe en que la muerte me remedie,
alcanzando una imagen y semejanza elevada,
y demostrar que todo lo que necesito es
decirte con el arte que mereces, y con
el que me jalonas cuando callas entregada.
el arte está en uno
ResponderEliminaraunque uno a veces no lo note:=)
a veces un tiempo de quietud es necesario para que el arte retome su paso y su trazo se haga más exceleso
los jalones tienden a desconcentrar y terminan arruínando la obra .
besitos de luz
que tengas un precioso fin de semana
tienes arte antonio, para que engañarnos.
ResponderEliminarEsta entrada me ha gustado especialmente...no sé. Hay algo en ella...tal vez una línea con la que me he visto identificada.
ResponderEliminarUn deseo o posiblemente, un temor. Y si, Antonio, tienes arte, y mucho. Estos relatos cortos son una maravilla y expanden la maestría del autor.
Un beso grandote.
esto es lo que yo llamo una oración, lejana, casi una letanía, como un susurro de deseo al que no le cabe más remedio que elevarse a esos cielos imaginarios que tanto anhelamos frante al papel en blanco. Buenísimo Antonio.
ResponderEliminarLo inalcanzable es lo que nos mueve. Por fortuna siempre existirá algo más allá de nuestras manos, algún deseo o sueño por realizar
ResponderEliminarEnhorabuena por tu libro, y mil gracias por la visita, con calma bucearé por este tu pequeño mundo del fin ... Un saludo, Eva Márquez
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