Un fin de semana juntos (II)
─Ya estás muy por encima de lo que crees, sólo tienes que existir y suceder en mí sin pensar que debes competir por mi consideración. No puedes pedirme que te lo demuestre en los términos que tú lo harías. Te quiero conmigo para siempre, y cada hecho que se encamine hacia otra meta es un mero afluente de lo que somos.
─No creerás que a estas alturas vas a desmoronar lo que pienso con esa filosofía barata. El movimiento se demuestra andando, juntos preferiblemente, y tú me has plantado como un árbol en el que refugiarte de las inclemencias.
─Estoy seguro de que, como mucho, eso es lo que temes llegar a ser, y no es justo que me reproches algo que sería lo último por lo que te querría.
─Está bien, no volveré a decirte como me haces sentir, de hecho tú pareces estar mejor documentado, pero el hecho que sea, o no, unos sentimientos fundados no me retendrá cuando crea que no merece la pena soportar esta situación ni un minuto más.
─No creo que haya nadie en el mundo al que le siente mejor que a ti, amenazar como primera acción del día. Debes poseer un gen ancestral que en la misma medida que te protege, te hace la criatura más apetecible y exuberante que existe.
E imitando la pose de un felino agazapado en posición de ataque fue acercándose mientras ella hacía el gesto de apartarlo con una silla y lo fustigaba con un látigo incandescente.
Creo que son un poco opuestos, por eso mismo se atraen, me gusta la chica, sobre todo por el final, jaja, invita a estar espectante.
ResponderEliminarUn abrazo, Antonio Ruiz Bonilla
Increible relato, Antonio. Si, quizas son un poco opuestos, pero quizas (tambien) no tanto...
ResponderEliminarUn abrazo.
...ni contigo ni sin tí tienen mis males remedio...
ResponderEliminarlos opuestos se atraen irremediablemente, como los imanes que una vez los has juntado cuanto más estiras para separarlos...más se unen.
Te dejo un beso.
p.d. Enhorabuena por ese libro publicado.
Mañana pasaré por una librería del centro a ver si encuentro tu poemario.Te leo entonces!
ResponderEliminarGracias por participar en mi blog, el tuyo es muy agradable, ya estaré por aquí más seguido.
ResponderEliminarUn saludo.
Tiempo sin venir a leerte y me encuentro con éste desencuentro!!
ResponderEliminarComo siempre me sorprendes
Felicitaciones por tu libro
Un abrazo
Noe
Látigo incandescente... madre! como está el patio! jajaja
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Me gusta esa imagen
ResponderEliminarde felino agazapado.
Quizás tengan más
en común de lo que creen
y no podrán vivir el
uno sin el otro.
Muy interesante.
Besos
Ni contigo ni sin ti...
ResponderEliminarBesines.
Jo, que dependencia más brutal!!!!.
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