Poesías, relatos, cine, música... Un remanso en medio de este apocalipsis (grupo EFDLT)
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martes, 19 de enero de 2021
lunes, 14 de julio de 2008
La cita eterna
Ayer fui a un hospital acompañando a un familiar que iba a someterse a unas pruebas, aprovechando que era el lugar donde se tramitan las citas para diferentes especialidades, pregunté a la funcionaria de información si podía decirme cuánto suelen tardar en realizar una prueba de alergia, ya que recientemente había solicitado una. Ella, sin vasodilatarse periféricamente ni mostrar el más mínimo pudor me contestó que sobre unos dos años. Yo había escuchado rumores - aunque siempre los consideré leyendas urbanas sin la más remota rigurosidad – de que rondaba el año de espera, pero dos años sonaron en mi cabeza como un eco del más allá. Mis cejas se arquearon, y un par de sílabas flojas y aéreas se me escaparon conformando un “hooostia”. La señorita exhibió una tímida sonrisa que adornó a una frase ensayada: “sabemos que es mucho tiempo, pero es que estamos saturados”. ¡Ya! contesté, pero dígame, si en el plazo de espera me muero, fuese o no, causa de una patología asociada a la alergia, ¿tendría que comunicarlo? La pobre recepcionista no sabía qué grado de ironía influenciaba a mis macabras palabras, y con unos labios ambiguos, atribuibles a la propia Mona Lisa me contestó que no haría falta. Me quita usted un peso de encima señorita, le comenté, entonces, hemos acordado que debo aguantar los síntomas dos años y un día ¿no? Aún más arrinconada entre sus hombros ella me contestó que sí, que esa era la media de espera en estos momentos. Le pedí que no dudara en adelantarme si alguien desistía de su fecha por falta de tiempo para reaccionar, o por cualquier otro motivo, por muy peregrino que éste fuera. La administrativa sacó pecho y me dijo, ¡cómo no! cuente usted con ello.
No sé si le caí simpático, o tal vez sólo fue por compasión, pero una semana después me llegó una carta citándome para la prueba sólo un mes después de hablar con la diligente funcionaria. ¿Era justo que uno de los últimos en la lista de espera disfrutara de esta posición de privilegio? La verdad es que no tengo muy claro si la situación es para alegrarse, o para echarse a llorar sin frenos.
No sé si le caí simpático, o tal vez sólo fue por compasión, pero una semana después me llegó una carta citándome para la prueba sólo un mes después de hablar con la diligente funcionaria. ¿Era justo que uno de los últimos en la lista de espera disfrutara de esta posición de privilegio? La verdad es que no tengo muy claro si la situación es para alegrarse, o para echarse a llorar sin frenos.
Profetizado por
Antonio Ruiz Bonilla
a las
16:07
12
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Etiquetas:
alergia,
cita,
espera,
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