Quiero que lo intuyas
Quiero que lo intuyas como
la tarde a la penumbra;
sin solución, infinitamente.
Y que un inabarcable placer
te haga ingrávida cuando lo
adviertas,
igual que el lobo que después
de aullar oscuras plegarias al
universo, recibe místicas alianzas.
Si vuelves a dudar vomitaré
cada beso inesperado que no
pude retener ante tu piel de
arena movediza.
La misma tempestad que generas
para mantener tus costas libres
de invasiones, agrietará abrazos,
agriará salivas, condenándolo
todo al naufragio del que provengo;
soledad ebria de frustraciones y reproches.
No se puede conquistar cada noche
lo que cada día recobra sus armas,
recupera la distancia, y se enorgullece
de incrementar su propia energía,
desconfiada y onanista.
Déjame de una vez infectarte hasta
que padezcas de una forma crónica
y desorbitada mis esclavas atenciones.
Deja que tu imperio disfrute para
siempre del sacrificio de mi cuerpo
entre tus dientes de diosa insaciable.
la tarde a la penumbra;
sin solución, infinitamente.
Y que un inabarcable placer
te haga ingrávida cuando lo
adviertas,
igual que el lobo que después
de aullar oscuras plegarias al
universo, recibe místicas alianzas.
Si vuelves a dudar vomitaré
cada beso inesperado que no
pude retener ante tu piel de
arena movediza.
La misma tempestad que generas
para mantener tus costas libres
de invasiones, agrietará abrazos,
agriará salivas, condenándolo
todo al naufragio del que provengo;
soledad ebria de frustraciones y reproches.
No se puede conquistar cada noche
lo que cada día recobra sus armas,
recupera la distancia, y se enorgullece
de incrementar su propia energía,
desconfiada y onanista.
Déjame de una vez infectarte hasta
que padezcas de una forma crónica
y desorbitada mis esclavas atenciones.
Deja que tu imperio disfrute para
siempre del sacrificio de mi cuerpo
entre tus dientes de diosa insaciable.