Las telarañas del tiempo
Merodeo huidizo tu pensamiento
entre telarañas de tiempo indolente.
Aún maltrecha de asimilar, sin droga
alguna, esa sarta de días sin propósito,
conservas en ensangrentadas ascuas
tu génesis salvaje, sepultada bajo
malditos rituales rutinarios.
entre telarañas de tiempo indolente.
Aún maltrecha de asimilar, sin droga
alguna, esa sarta de días sin propósito,
conservas en ensangrentadas ascuas
tu génesis salvaje, sepultada bajo
malditos rituales rutinarios.
A veces desgarras iracunda tu alrededor,
tus ojos insultan la cercanía del horizonte,
y tus manos arañan paranoicas las horas
clonadas que nos invaden por designio supremo.
Y me consumo ante tus súplicas silenciosas,
ardo vilmente cómplice de tu resignación.
Déjame al menos alistarme a tus filas;
secuestraré mil y una noches, suplantaré
a príncipes de todos los colores, conquistaré
Macondo y la Atlántida para suplir
con la palabra, los placeres que hasta ahora
no he logrado erigir en tu mirada.