Abrazos Gratis
Cada cierto tiempo encuentro en mi camino un signo evidente de que la vida aún está ahí, brotando misteriosa y tímida por entre las frías ciudades y los insensibles robots en que nos estamos transformando. Entonces respiro hondo imaginándome un mundo que todavía conserve la ternura y comprensión suficientes, para albergar en él todo tipo de esperanzas. Hace unos días tropecé, en mi deambular por las bitácoras, con uno de esos signos que rebosan vida, y me aferré a él para sentir, una vez más, el reconfortante calor de lo humano cuando trasciende a divino. ¡Vean!
Realmente ... IMPRESIONANTE
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