La increíble hormiga pensante (IV). La mariquita
Estaba amaneciendo y el frío hacía que a medida que su cuerpo se congelaba, la interconexión entre sus neuronas se multiplicase exponencialmente. No muy lejos de allí, una mariquita de siete puntos había observado impertérrita desde una hoja la circense escena. Se acercó y se quedó unos segundos observándola, estaba hambrienta —como todas las mañanas que podía recordar— pero, una hormiga no entraba dentro de su menú, demasiado dura y peligrosa comparada con sus queridos y jugosos pulgones. Cuando la siafu, en esa posición de trapecista, pudo interpretar que el colorido coleóptero había emprendido su marcha con intención de abandonarla a su suerte, hizo un esfuerzo cósmico e emitió un sonido de auxilio que logró detener a la mariquita, parecía que al fin había podido comunicarse con otro insecto ajeno a su especie. ¡Por favor, que me haya entendido! —suplicó mientras miraba al cielo totalmente entregada, descubriendo así un nuevo y misterioso Dios con el que intentar dar sentido al mundo— La marisiete trató de subirse encima de la piedra savia pero, era de una superficie tan fina que resbalaba como el cristal mojado. Lo intentó una vez tras otra, por cada una de sus caras y aristas, pero sólo obtuvo como premio la asfixia y la derrota. Buscando una nueva ruta tropezó con la hormiga, sus antenas se tocaron y la siafu aprovechó para hacerle entender que podía ascender utilizándola a ella como escalera. Y así fue como pudo coronar la piedra. La hormiga desconocía la forma en que la mariquita pretendía ayudarla, y el por qué tenía que ser desde arriba, pero no podía estar más dispuesta a colaborar decididamente fuese cual fuese el plan.
Una fábula, pero mucho más adulta ;)
ResponderEliminarUn saludo,
Deprisa
Y de verdad la mariquita la va a ayudar?, ay, no sé, no sé, igual es una trepa :-)
ResponderEliminarBesos felinos.
Qué bueno encontrar a alguien que esté dispuesto a perder un poco de si para ayudar.
ResponderEliminarSaludos
estoy con ada, antonio. perder lo propio por socorrer. un abrazo.
ResponderEliminarCuestión de confianza.
ResponderEliminarNo se dejaba ayudar porque no se fiaba...humm ¿de qué me suena a mí esto?
Besitos Antonio
Bonita historia la de la mariquita y la hormiga-
ResponderEliminarEl otro día coloqué un post con un poema de Amado Nervo con el título "la mariquita".
Un besito.
Me encantan esos insectos tan simpáticos y tan bellos y me gustan los textos con moraleja.
ResponderEliminarBuen tandem.
Un abrazo y gracias por tu visita.
soltar un poco el ego hace tan bien!!
ResponderEliminarque hay que soltarlo más amenudo:=))
besitos Antonio
sí señor! un abrazo
ResponderEliminarAntonio, además de poeta extraordiario acabarás despuntando como fabulista de categoría. Un abrazo
ResponderEliminar-Deprisa. Una fábula adulterada. Un saludo
ResponderEliminar-Panterablanca. Esperemos que su intención sea esa. Un abrazo.
-Ada. Tú me ayudas siendo tan amable. Gracias
-Voltios. Estamos con Ada.
-Arantza. Alcanzó la confianza del desesperado.
-Darilea. Pues no he encontrado tu poema.
-Amigomio. Me encanta que te encante.
-Lichazul. He creado una hormiga con ego. Soy un monstruo.
-Marta Noviembre. Sí ¿qué? Tienes que volver para aclararlo.
-Manolo. Con tus comentarios cualquiera avanza. Gracias
Creo q me vi mas q reflejada... no me importa perder mi todo mientras alguien q quiero o aprecio esté mejor...
ResponderEliminarun beso!!
el 14 d febrero me regalaron una taza con un dibujo d una mariquita..
ResponderEliminary mas tarde otra persona me regalo una mariquita alcansia.....!!!
mmmm no me considero fanatica de las mariquitas ...
pero eso tendra algun significadoo..???
alguien sav....