La historia más triste de la historia (XLV). La discusión
—Si realmente te molesta todo eso de mí, ¿por qué has esperado precisamente a este momento para reprochármelo?
—Porque creo que no sería justo que empezáramos algo que rematara estallándonos antes de parecerse lo más mínimo a lo que esperamos. Nadie es perfecto, yo soy el mejor ejemplo de ello pero, aún así, hay atolladeros tan recurrentes que nunca dejan decantarse del todo la balanza hacia el lado en que todo acaba compensándonos manifiestamente.
—En definitiva, me estás diciendo que mi egocentrismo terminará, tarde o temprano, por dinamitar cualquier intento que hagamos por perdurar en lo que nos une.
—También pienso que en verdad no eres así. Que en tu afán por ser una persona ilustrada y reconocida, te has contagiado, como casi todos, con la deshumanización de la petulancia y el despotismo.
—Bien, recapitulemos, entonces sabes como estoy siendo y como soy en realidad. Me encantaría descubrirme en tus palabras, por favor, muéstrame a mí mismo, cuéntame.
Y si además puedes vaticinar como seré en un futuro te estaré eternamente agradecido. Sólo tendré que seguir el guión que me marques. El libre albedrío para el resto de la patética humanidad.
—En el colmo de mi clarividencia también sabía que ibas a reaccionar así. Y que lo nuestro tomaría un rumbo insospechado.
—¿Insospechado dices? Seguro que posees la hipótesis correcta. Todo esto está tomando un cariz sádico. Como un macabro juego premeditado. ¿Llegaste a ver Saw?
I really like your blog. I will continue to read it as often as I can .. thanks for this time ......
ResponderEliminarBuen blog. Igual te interesa este video cachondo con el que, como padre jóven, me he reído un rato:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=c1GeTq41dxc