Tu lengua ofídica
Avanzo vertiéndome sobre la
incertidumbre del tiempo en que tú,
malabarista de formas conspiradoras
que gangrenan todo afán que las obvie,
desprendes en arrítmico compás de
sangre, como manjares laberínticos
que soliviantan en los acordes de mi
pulso, las claves para afinarme en
la cadencia de tus manos barrocas.
Diosa en busca de mártir, caes del limbo
en carne redentora y huesos sacrílegos,
exigiendo sin resquicio todo por ti,
o una maldición de estatua vertida vanamente.
He llegado sin tiempo a este enclave
edénico, sólo siento como me petrifico
abandonándome a tus designios, al fin
encaucé tu ardid empíreo formando
un cruz de saliva sobre tu lengua ofídica.
incertidumbre del tiempo en que tú,
malabarista de formas conspiradoras
que gangrenan todo afán que las obvie,
desprendes en arrítmico compás de
sangre, como manjares laberínticos
que soliviantan en los acordes de mi
pulso, las claves para afinarme en
la cadencia de tus manos barrocas.
Diosa en busca de mártir, caes del limbo
en carne redentora y huesos sacrílegos,
exigiendo sin resquicio todo por ti,
o una maldición de estatua vertida vanamente.
He llegado sin tiempo a este enclave
edénico, sólo siento como me petrifico
abandonándome a tus designios, al fin
encaucé tu ardid empíreo formando
un cruz de saliva sobre tu lengua ofídica.
Esta Diosa encontró su mártir, pero para inmortalizarla en versos.
ResponderEliminarSin veneno pero con mucha pasión
Un abrazote
Gizz
Un poema verdaderamente enigmático, Don Antonio, parece salido de un episodio de duermevela narcótico. Genial.
ResponderEliminarLa incertidumbre ofîdica
ResponderEliminaren los acordes
caen del limbo
de unas manos barrocas
en los resquicios
del tiempo.
Lindos versos, poeta.
Un abrazo.
Me encanta este manejo de los clásicos griegos. Me encantó este recorrer de la tragedia personal mediterránea. huele a Grecia, a setimientos de amores rotos...Precioso. Un abrzote. Tino
ResponderEliminarQuerido Antonio, con el fin de que nuestros lectores y lectoras conozcan tu obra, haremos una breve reseña de tu blog el próximo viernes 5 de junio en nuestro Blog literario Asamblea de palabras.
ResponderEliminarUn saludo.
Vuelvo a acercarme por aquí, y vuelvo a leer con gusto. Con el gusto a sabor clásico que rezuman los versos.
ResponderEliminarNo hay porqué ser mártir de una diosa.
ResponderEliminarBajemos a la diosa de su pedestal.
tal vez así pueda embriagarse de tus versos.
Un poema de forma increiblemente bello.Melódico.
Y un fondo pasionado y viscerál.
Cualquier diosa se haría terrenál.
Nos volvemos a encontrar.
Un placer.
Ahora podré seguirte.
Gracias.
Un beso a Alcalá de Guadaira.
Otro para tí.
Me gustó el vocabulario, el contexto...
ResponderEliminarPero me hubiera gustado más con otra redacción.
¡Se te escapó un acento en petrifico!
:3
Hasta luego :D
Hay personas así: conspiran desde su egoísmo.
ResponderEliminarPero su lengua de serpiente nada puede contra quienes saben encauzar todos sus ardides.
Un abrazo.
Saludos, paisano.
ResponderEliminar"He llegado sin tiempo a este enclave
ResponderEliminaredénico, sólo siento como me petrífico
abandonándome a tus designios"
Me han hecho pensar tus versos.
Encantadores, siempre.
Saludos!
TE DESEO UN LINDO FIN DE SEMANA Y TE DEJO MI CARIÑO Y MI AMISTAD
ResponderEliminarBESITOSS
Que forma increíble de escribir.
ResponderEliminar"He llegado sin tiempo a este enclave
ResponderEliminaredénico, sólo siento como me petrifico"
porque en este mundo de cristales rotos o te haces de piedra o te cortas...
Saludos!
Nunca antes otra rendición me había resultado tan ampliamente dulce y tan felizmente convencida, amigo Antonio. Si el encuentro tuviera que medirse por palabras, las tuyas serían el camino certero y más corto hasta la urgencia de dos cuerpos.
ResponderEliminarAbrazos de algún que otro atajo ;) ...
versos complejos... y a la vez evocadores...los tuyos...un saludo.
ResponderEliminarInteresante la primera lectura, la segunda ya más centrado, no sé por qué me reencontré en laberinto de fortuna, pero no por comparar, sino en un mismo estado de ánimo.
ResponderEliminarUn saludo.
-AnaR. Te sigo el rastro, saludos.
ResponderEliminar-Gizela. Penitente de su cuerpo.
-Manuel. Enigmático como todo cuerpo deseado. Un saludo
-Eva. Lindos como tu comentario.
-Tino. Más me encanta a mí que te transporte a tantos lugares míticos.
-Francisco. Será todo un honor para mí estar ahí con vosotros.
-José Zúñiga. El gusto es mío por tus amables comentarios.
-Leni. Ya se te esperará siempre, cada cerpúsculo.
-Diana Laura. Un acento de más. ¿Dónde? Habrá sido una mota de polvo en tu monitor, justo cuando leías esa otra redacción que te hubiese gustado. Es broma, gracias.
-Ybris. Es más bien una situación límite y maravillosa, que una persona concreta. Un abrazo.
-Enrique Baltanás. Es un placer que hayas paseado por aquí, tu casa.
-La sonrisa de Hiperión. Me encanta provocar que pienses.
-Maripaz. No podías dejarme nada mejor, gracias.
-Ignacio Reiva. Cuando te acostumbres, no me dirás lo mismo, aunque espero que sí.
-Raquel T. Qué más quisiera poseer ese don que amablemente me das.
-Pedro Chincoa. Es que mi madre, igual que tú, es del Vicio del Alcor. Son los genes.
-Antoni. Es un placer para mí que te haya interesado la primera, y evocado la segunda. Espero seguir provocándote positivamente. Un saludo
¿Dónde te encontrabas que tardé tanto en descubrirte? Es posible que estos renglones no hayan saltado a mis ojos mucho antes... porque estaban ciegos. Maravillosas palabras. Un beso, Dánae.
ResponderEliminarVengo a agradecerte tu comenatrio en mi blog y a decirte que siempre eres muy bienvenido a visitarme.
ResponderEliminarEspero que ese martir no siga siendo martir y encuentre a una mujer que no sea diosa con lengua ofidica...
Saludos desde Estocolmo