A veces escribo cosas
Hay días donde uno no sabe qué contar, gracias a mí, hoy no es uno de esos días. Aunque esté improvisando; un segundo antes de escribirlo ya soy consciente de lo que estáis leyendo.
Érase una vez. No, demasiado… Quizá: muchos años después. Definitivamente parece…
Hay momentos en que no sabemos como narrar de una forma original eso tan extraordinario que pensamos decir, y que queremos compartir con el resto de la humanidad para contribuir a su belleza y a su memoria colectiva. Menos mal que me encuentro muy lejos de que esos síntomas me afecten hoy, ahora, ya, ¡coño, que susto! A eso es lo que llamo yo improvisar; tener la capacidad de asustarme a mí mismo. Creo que esto que escribo tiene algo de fundamento, al menos tiene un comienzo y creo que podré imaginar un final bastante digno, por ejemplo: FIN.
También nos conquistan épocas donde todo lo que se nos ocurre suena a plagio, a pesado, a soporífero, a sobredosis de palabras y de ideas. Pero no, a mí no, que haya escrito ya varias veces sobre este tema no significa que no pueda volver a hacerlo. Además, nada de lo que he dicho creo que exista, ni que haya una mente tan… Pónganle ustedes el calificativo que quieran, que se le ocurra volver a reunir tantas afirmaciones sobre nada en concreto.
La verdad es que aunque podría seguir creando esta torre de babel inmisericorde durante unos esclavos minutos más, creo que ya está bien por hoy. Y como soy un hombre de palabra, escribir, lo que se dice escribir, tal vez no, pero palabra, tengo bastante. Pues eso, que FIN.
Érase una vez. No, demasiado… Quizá: muchos años después. Definitivamente parece…
Hay momentos en que no sabemos como narrar de una forma original eso tan extraordinario que pensamos decir, y que queremos compartir con el resto de la humanidad para contribuir a su belleza y a su memoria colectiva. Menos mal que me encuentro muy lejos de que esos síntomas me afecten hoy, ahora, ya, ¡coño, que susto! A eso es lo que llamo yo improvisar; tener la capacidad de asustarme a mí mismo. Creo que esto que escribo tiene algo de fundamento, al menos tiene un comienzo y creo que podré imaginar un final bastante digno, por ejemplo: FIN.
También nos conquistan épocas donde todo lo que se nos ocurre suena a plagio, a pesado, a soporífero, a sobredosis de palabras y de ideas. Pero no, a mí no, que haya escrito ya varias veces sobre este tema no significa que no pueda volver a hacerlo. Además, nada de lo que he dicho creo que exista, ni que haya una mente tan… Pónganle ustedes el calificativo que quieran, que se le ocurra volver a reunir tantas afirmaciones sobre nada en concreto.
La verdad es que aunque podría seguir creando esta torre de babel inmisericorde durante unos esclavos minutos más, creo que ya está bien por hoy. Y como soy un hombre de palabra, escribir, lo que se dice escribir, tal vez no, pero palabra, tengo bastante. Pues eso, que FIN.
Lo sabes decir tan bien,que aunque corto,siempre bienhallado!!!
ResponderEliminarGracias y besos de lejos...
Amstelveen-Países Bajos
Hay días donde uno no sabe qué contar, gracias a mí, hoy no es uno de esos días. Aunque esté improvisando; un segundo antes de escribirlo ya soy consciente de lo que estáis leyendo.
ResponderEliminarJaja genial :)!
ResponderEliminarSi, es increible, pero no se acaba nunca sobre lo que escribir ¡gracias al cielo!
ResponderEliminarMe recuerda a uno de los cuentos de Borges y su biblioteca de Babel.
Un abrazo
Hay veces que sobran las palabras. Cuando dormimos, por ejemplo. Las demás veces siempre faltan. Habrá que inventar más. Digo yo.
ResponderEliminarChuff!!!
Jejeje, este post me ha encantado
ResponderEliminarUn saludo.
-Mía. gracias, tus comentarios son de una amabilidad infinita.
ResponderEliminar-Someone. JaJa, me encanta que te haga gracia.
-Sombras. Lo escribí inspirado por Borges, es broma, que más quisiera yo.
-Zenyzero. Pues allá vamos al país de nunca jamás parar de inventar.
-Amylois. Cuánto me alegro, ya ha provocado dos gratas emociones.
Hoy me he sorprendido varias veces,
ResponderEliminarcon la mirada perdida pensando en nada,
o puede que pensando en todo sin llegar a nada.
Nada existe, salvo este desencuentro íntimo,
ritmo acelerado y mente dispersa.
A solas con estas cuatro paredes,
llenas de secretos y silencios...FIN
beso.
Tomaré ejemplo y dejaré que las palabras me marquen el rumbo aunque no sepa a dónde van. Seguro encontrarán su propio final.
ResponderEliminarEs un gusto pasar por aquí.
Hola Antonio.
ResponderEliminarMe alegra tu comentario en "Panorámica Cazorlense" y ya sabes, si deseas alguna información para tu próximo viaje a Cazorla, no dudes en preguntarme. Felicidades por tu libro y que tengas muchísima suerte. Un abrazo.
Hoy.. yo estoy en unos de esos días en los que no se contar =(
ResponderEliminar¡Ha sido una curiosa e interesante reflexión!
ResponderEliminarUn saludo
A mí también me sucede y me gusta sorprenderme mientras voy escribiendo algo que al comienzo no tiene final sino una vaga idea.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo y no dejes de escribir, Antonio.
-Morgana. Uno siempre ha de sorprenderse e intentar explicarse. Y tú lo has hecho perfecto.
ResponderEliminar-Media luna. Seguro que llegarás donde no imaginabas, tú misma te sorprenderás.
-Abraham. Quiero ir en verano, seguro que te preguntaré.
-Luthien. Pues cuenta el por qué crees que es uno de esos días, y qué motivos te provocan ese estado.
-Qymera. la curiosidad del silencio y de la nada.
-Patrulich. Claro que sí, tenemos que improvisar dentro de la monotonía que nos hemos impuesto.
Mis deseos de un gran éxito para tu libro.
ResponderEliminarSaludos cordiales!
escribir es el ejercicio del alma, la practica de la conciencia y el recuerdo de la razón... tal vez dependiendo del grado de locura uno es bueno o no... jaja besos
ResponderEliminarýA SABES COMPAÑERO, MOMENTOS QUE SE TIENEN..., MOMENTOS...
ResponderEliminarQué razón tienes, y que facilidad de palabra.
ResponderEliminar"Todo queda dicho sin decir apenas nada"
;) Un abrazo