La historia más triste de la historia (VII)
...Uno de los dos curas del pueblo, el veterano Padre Jesús, salió de la iglesia principal mirando atónito hacia todas direcciones buscando una explicación más o menos razonable para lo que estaba sucediendo, hasta que, a lo lejos, pudo reconocer a María meciéndose tranquilamente en su balcón mientras el resto de criaturas del pueblo parecían huir de la muerte que sería permanecer quietos y en silencio. El padre avanzaba entre la gente sin contestar las preguntas que los vecinos le hacían sobre el por qué de aquella situación, se dirigía en línea recta a la casa de María, sin apartar un segundo la mirada del balcón, parecía estar buscando una señal inequívoca que aclarase aquel acontecimiento casi apocalíptico. La gente empezó a observar a Don Jesús, parece que su fijación abrió en ellos un resquicio para la esperanza, se fueron deteniendo poco a poco y un expectante murmullo empezó a imponerse en el silencio absoluto de la noche iluminada, el cura se adentró en un pequeño parque que se interponía entre la calle principal y la casa de mi musa. Todo el mundo estaba pendiente del inminente encuentro entre el párroco y María, como si se tratase de una rivalidad ancestral y divina que no tuviese otra forma de dirimirse que con una lucha a vida o muerte. La pequeña mansión estaba situada en una breve colina una vez cruzado el frondoso jardín, del cual el Padre Don Jesús estaba tardando demasiado en salir. Un grupo de vecinos, espoleados por la actitud decidida y valiente del párroco decidieron averiguar qué estaría haciendo éste aún en el parque. El resto de vecinos siguieron como unos polluelos de ave al grupo de vanguardia, más bien por miedo a quedarse solos que por el valor infundido por el Padre...
Enhorabuena por su primer libro!
ResponderEliminarMe dejas intrigada
ResponderEliminarQuiero más!!
Besos y buen día
Tendré que leer primero la primera parte para saber de que va la historia..;)
ResponderEliminarInteresante!!! muy interesante..
Un café??
Me encantan esos bancos en medio de ninguna parte.Voy a pensar a sitios así cuando ya no sé qué hacer.
ResponderEliminarEn general somos bastantes curiosos, no será que siguen al cura más por curiosidad que por miedo. Teniendo en cuenta que hay un cura por medio...siempre tiene morbo. Espero con impaciencia la continuación.
ResponderEliminarP.D. ¿leiste el mensaje de ayer o no te interesa el premio?
Un beso.
-Viajero. Gracias, espero que te guste.
ResponderEliminar-Carmen. Si quieres más, lo tendrás.
-Inkilina. Ya estás tardando, te espero.
-Someone. No pienses cosas raras, quizás una intrigante historia, o mejor una ilusión olvidada.
-Arantza. No sé, habrá que esperar para saber el motivo. La curiosidad mató al gato
Caramba Antonio, estaba algo perdida...pero en realidad lo que he perdido son los seis primeros capítulos!
ResponderEliminarVolveré con el tiempo necesario!
Muchas Gracias!
Muy interesante tu blog. Quería invitarte a intercambiar enlaces y a visitar mi sitio haciendo click aquí.
ResponderEliminarVale Antonio!!!!
ResponderEliminarPero que pasa después no nos dejes con la intriga por fa.....
Besos y continúaaaaaaaaa!
Creo que el capítulo casi tiene los ingredientes para ser por sí sólo un relato. Un cura, una "loca" (perdón, es lo que parece María desde la lejanía del jardín), una muchedumbre muerta ( me gusta como defines la muerte), quietos y en silencio...y una excusa para avanzar, para vencer el miedo. Pero como capítulo que es, una lo lee y espera llegar a conocer a María.
ResponderEliminarUn saludo.
La culpa de todo la tiene el cura
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