Poesías, relatos, cine, música... Un remanso en medio de este apocalipsis (grupo EFDLT)

Placer mutuo

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viernes, 7 de septiembre de 2018

La soledad no sabe qué hacer conmigo


lunes, 30 de enero de 2012

Soledad erecta


Algún día —mal visto lo intemporal para desnudarte
en algún súbito momento con el aire que origina
la sed hasta que es razonable penetrar en esta
noche persiguiéndote con la avidez de un bonobo—,
como levitando —jamás vi levitar a nadie pero
ha de ser justo como cuando te imagino ahora
posándote sobre mis vellos: eterna bienvenida a
lo extremo—,
desde el abismo hasta la cumbre de un mismo
deseo inefable —lo ubico en la inmensidad para
poder abrazarte en algún lugar inconcreto con la
calidez que desprende acariciar lo impalpable
hasta conseguir sentirlo aún más adentro—, 
estarás —de eso estoy seguro aunque no pueda
concretar ni cuándo ni cuánto ni por qué—,
pero, mientras tanto, continua manifestándote
exultante ante mi erecta soledad.

jueves, 5 de marzo de 2009

El secreto



Os voy a contar un secreto:
Érase una vez un secreto tan ortodoxo que sólo yo lo padecía, y eso era lo único que lo diferenciaba de la inexistencia. ¡Cuántas veces nos hemos ataviado elegantes de misterio con tan sólo insinuarnos, y alardeado de interesantes entreabriendo la soledad que nos presentó a ambos! Todo para compensar tanto remordimiento; tanto pánico a un estrepitoso e incomprendido ridículo; a la responsabilidad de ascender a conocimiento sin que Dios ni la ciencia nos avalen.
Tengo un secreto que quizá os cuente, cada vez que escribo sopesándolo doy un paso adelante y dos en oblicuo, y conformo un zigzag de osadía y conformismo tan arduo como ligero. Y a veces me paro, otras retrocedo, incluso me adelanto y luego me espero, y siempre termino diciendo algo parecido a esto:
Tengo un secreto que puede que en otro momento os revele, cuando estemos seguros de poder afrontar con entereza tanto una condena como una reverencia. Cuando sincronicemos objetivos y repercusiones.

jueves, 10 de julio de 2008

La esperanza moribunda



Espérame habitando la quietud
de los atardeceres por sus balcones
en llamas, incinerado de incertidumbre.

En la sal ensangrentada de un mar
ultrajado por rencorosos huracanes,
enfurecido a base de sueños marginados,
y de promesas infieles que rezuman
ácidos cristalinos por tus ojos.

Ensartado por el sol en las púas de
una acacia venenosa, recluida en el
olvido humeante de la sabana.

Estaré aguardándote crucificado
en las cuevas que resurgen del
pasado, como breves infiernos de
dudas y desencantos que creíste
sepultadas de ilusiones.

En todo esto me hallarás cuando tu
respiración te invada de amenazas,
cuando los versos sólo parezcan
antagonistas utopías que
quebrantan insolentes tu ánimo
de mantis onanista e iracunda.

Suicidándome ante ti intentaré
que mi debilidad te disuada del vacío
con que tu mirada me ejecuta, ahora,
mientras callas, como si nunca
hubiésemos engendrado caricias.


jueves, 3 de julio de 2008

La soledad (The loneliness)



De nuevo mi soledad te oscurece,
lo siento tanto como te siento,
sé que no hay palabras que
auxilien el desamparo de las
horas ausentes donde no
existimos,
desde mí clausura sólo
te pueblan decepciones.
Puedes oír mis manos
recorriéndote en el papel,
en el teclado, sin embargo
no hay nada más inquisidor
que la lejanía de su retórica
sobre tu piel floreciente, bajo
tu cabello enredado de placer
estimulando mi sangre,
como intentado seducirme
para siempre, y sin tregua.

Perdóname también eternamente
y creceré cada vez más intenso
rodeándote, concentraré tanta
belleza en tu cuerpo que desearás
el descanso, al fin, de echarme de
menos, a veces.



The loneliness


Again my loneliness gets you dark,
I’m so sorry as I feel you,
I know that there are no words that
help the neglect of the
absent hours where we do not
exist,
from my cloister only
disappointments populate you.
You can hear my hands
crossing you in the paper,
in the keyboard, nevertheless
there is nothing more inquiring
than the distance of their rhetoric
on your flourishing skin,
under your tangled hair of pleasure
stimulating my blood,
like trying to seduce me
forever, and without truce.

Forgive me also eternally
and I will grow increasingly intensely
surrounding you, I will concentrate
so many beauty in your body that
you will wish the rest, to the end,
of missing me, sometimes.

lunes, 26 de noviembre de 2007

¿La vida es un sueño olvidado, o un simple deterioro? (III)



De repente un intenso sonido de sirena lo sacó sin piedad de su reconfortante aislamiento, abrió los ojos, contempló atónito a una muchedumbre observándolo, como esperando un linchamiento o un escarnio público por su antisocial inmovilidad. Ese irreverente sonido robótico era de una ambulancia que había aparcado su trágico destino justamente a su lado, se le acercaron varios hombres de blanco inmaculado sujetándolo de los brazos y dándole con una pérfida cadencia de voz, ánimos. Cuando salió de su asombro era demasiado tarde, se encontraba totalmente inmovilizado en una camilla que avanzaba inexorablemente hasta algún centro de rehabilitación mental. Su trágico final no pudo desdibujar del todo esa espléndida sonrisa que desplegó su alma cuando se vio de nuevo, formando parte natural de aquella charca. Volvería a provocarlo diariamente si pudiese, comentó con voz plácidamente sensible. ¡Qué ironía!, comentó uno de los enfermeros, cuánto más locos están, menos parecen añorar estar sanos. Y él, jefe de los servicios psiquiátricos del hospital donde seguramente lo internarían, nuevamente sonrió mientras observaba una cómplice porción de cielo que entraba furtiva por una ventanilla, y que lo acompañaría el resto de sus días. FIN

jueves, 22 de noviembre de 2007

¿La vida es un sueño olvidado, o un simple deterioro? (II)



...Y respiró tan hondo como le permitieron sus contaminados pulmones. ¡Qué maravilla! exclamó mientras cerraba los ojos y esbozaba una breve sonrisa que denotaban un estado de armonía supremo, completamente nuevo para él, si restamos breves recuerdos, más o menos reconstruidos, de su niñez. Las personas semiautomáticas que desfilaban sin descanso a su lado lo observaban decididamente preocupadas por la seguridad de sus monótonos días, y de sus engarrotados cuerpos. Muchos creyeron adivinar en su comportamiento un síntoma evidente de locura, o de cualquier otro desequilibrio mental que ponía en serio peligro al resto de la humanidad que tuviese la mala fortuna de pasar en ese momento, cerca de su inesperada conducta. Ajeno a cualquier determinación exterior, él permanecía extasiado, mirando con los ojos cerrados hacia la vida, y sintiendo el aliento primogénito de la creación, lo invadió de repente el recuerdo exacto de cuando, con apenas cinco años, su padre lo llevó a conocer una gran charca, oculta en medio de una majestuosa arboleda que desplegaba las ramas de sus árboles formando una maravillosa bóveda esmeralda sobre el agua. Entonces sonrió plenamente, sin ningún pudor, ajeno totalmente a su cuerpo y a su posición. Desgraciadamente fue la última sonrisa del día...

jueves, 8 de noviembre de 2007

¿La vida es un sueño olvidado, o un simple deterioro? (I)



De repente se detuvo, miró lentamente a su alrededor, observó a la gente caminando presurosa y en silencio como si las aceras les quemaran sus vírgenes plantas de leche, absortas en sus obligaciones rutinarias sucumbían al tiempo con el que ellas mismas flagelaban su serenidad. Contempló a los coches impregnando el silencio y la atmósfera de una corrosiva sensación de engranaje autómata. Una fila de hombres hormigas descargaban muebles desde un camión hasta una vivienda, rápida y desenfrenadamente porque entorpecían el infinito y ofídico tráfico de indeseadas responsabilidades humanas. Una sirena sonaba a lo lejos, cada vez más fuerte, mientras seguía inmóvil e intentando encontrar una razón lo suficientemente vital para continuar su paso. Al otro lado de la calle un hombre golpeaba un cajero automático mientras regurgitaba improperios provenientes del último fin de los tiempos. Alzó la vista hacia arriba reconociendo una parte original de lo que fueron sus sueños de infancia, ahí estaba el cielo ligeramente salpicado de superficiales nubes de nata, confinado entre tejados y soledades. El sol asomaba en tímidos intervalos de una calidez y pureza florecientes, cuando sintió el reconfortante impacto de un heroico rayo de sol relajando sus facciones, cerró los ojos, abrió las rejas a las ilusiones verdaderas, esas que en su momento creyó que eran posibles…

miércoles, 8 de agosto de 2007

La realidad sin ella



Él se entregó por completo a la desidia y al sopor del sofá. Alargó su entumecido brazo izquierdo hasta reposarlo en la única silla incomprensiblemente vacía del cuarto. Alzó la pierna derecha flexionada, apoyándola sobre la mesa como si la abandonase a su suerte. Subía y bajada constantemente el brazo derecho, imitando a un periscopio, para lograr que el mando a distancia del televisor, evitase la ingente cantidad de libros y papeles amontonados, en su camino invisible hasta el receptor. El ventilador de pie rechinaba estridentemente en cada negación de su airosa cabeza, y su aire viciado era lo menos parecido que pueda existir, a una refrescante brisa marina.
Entre su estado de casi letargo, y la tranquilidad que necesitaba para respirar, había años luz de distancia; de recuerdos amargos, y muchos de ellos, lo que es aún peor, inexplicables. Lo único que acompañaba fielmente a su estado, eran la desesperanza y el desasosiego.
En plena vacación de verano, ella se había marchado sin decir adiós, ni hasta pronto, ni hasta nunca o hasta luego. Y aunque ambos tenían la certeza de que ocurriría, en algún maldito rincón recóndito y desconocido de su maltrecha esperanza, él, sin saberlo hasta ahora, que ella ya no estaba, albergaba aún una gota de ilusión, de la última sonrisa cómplice que compartieron.
Y llegó a echar de menos aquellos infinitos períodos de silencio muerto, que vaticinaban arduas y reiterativas posiciones encontradas e irreconciliables de ver la vida.

lunes, 25 de diciembre de 2006

Cuando no sabes qué


Hay días en que nada tiene sentido, te inunda la melancolía y te consume el hastío. Y nadie puede ayudarte a salir antes de esa cárcel, has de estar el tiempo suficiente para.......


¿Para qué?


¿Qué añadirían ustedes? Ayúdenme a resolver este enigma, para saber afrontar con éxito esos oscuros e irracionales días, que seguro que nos han de seguir acechando.



Fue una de tus tardes grises y perpetuas, cuando sin saber por qué, escribí esto:


Cuando no sabes qué


Llueve sobre el mar
Dirías que arrecia
Incluso
Si te lo propusieses
Una hoja indolente cae
Sin destino
Sobre la tierra anegada
Sin saber qué
Observas el viento vestido
De lodo y lágrimas agitar las ramas
Sin tregua
Como una maldición
Una nube amorfa tenebrosa
E infinita
Viola con desidia el cielo
Aletargado
Sin dejar huella
Sed de nada te ahoga
El tiempo siempre es el mismo
Las palabras son
Encrucijadas
Cuando no sabes qué
Si todo o el olvido
Si querer o claudicar
Cuando no sabes qué
Si amas o anhelas
Déjame intentar
Arrasar tus lodos y escarchas
Amor
Cuando no sabes qué
El mundo se me
Agota
En tu mirada

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