Poesías, relatos, cine, música... Un remanso en medio de este apocalipsis (grupo EFDLT)

Placer mutuo

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Moda poética (ediciones limitadas)

lunes, 20 de octubre de 2008

La historia más triste de la historia (III)



...de norte a sur y de éste al otro.
El eco del miedo colisionaba y ascendía como un hongo atómico que erizaba los vellos hasta clavarlos en la sangre, y ésta se asomaba histérica a los ojos de los vivos, para retroceder espantada ante una oscuridad coagulante.
Esa angustia empezó a provocar llantos, gritos, carreras hacia ninguna parte de almas en pena, como fantasmas de carretera con sus camisones y pijamas flotando en los reflejos de las estrellas gigantes de esa noche.
A María sin embargo no parecía importarle, seguía sentada en su mecedora con los ojos agrietados de lava mientras observaba a todos sus vecinos, algunos de ellos, grandes amigos, corriendo despavoridos como pollos sin cabeza. Se mecía y se paraba de repente, como si alguien se lo ordenara tajantemente. El vaivén era de una cadencia tan hipnótica y oscura que parecía incentivar a la esquizofrenia colectiva. No sé por qué recordé en ese momento una leyenda que de pequeño escuché a más de un abuelo del pueblo. Decía que la muerte era tramitada tanto desde el cielo como desde el infierno; para llegar a cualquiera de los destinos había que superar una prueba, la del cielo era cándida e inocente, prácticamente todo moribundo aspirante la superaba, mientras que la del infierno era despiadada y perturbadora, si no eran superadas, las almas acababan esperando otra oportunidad vagando en la incertidumbre del limbo. Allí se tenían que ganar una nueva prueba para su salvación haciendo que reinara la armonía entre la alegría de los condenados a las ascuas del sufrimiento, y la tristeza de los que fueron elegidos para el paraíso y nunca llegaron a calzarse sus alas.
María no era del pueblo, no sé si conocía esta historia, ni tan siquiera sabía si esta leyenda tenía algo que ver con lo que estaba sucediendo ahora. Ella llegó acalorada un día frío de invierno…


7 comentarios:

  1. Pues tal vez no he entendido bien o los abuelos de mi pueblo contaban otra historia. Pero siempre creí que las pruebas del cielo eran las más díficiles de superar y que las del infierno disfrazadas de candidez cualquiera se adentraba en ellas. Quizá lo difícil sea distinguir si las pruebas vienen del cielo o del infierno. Quizá en el ocaso de la vida sea más fácil discernir. Pero quizá sea tarde.
    Volveré a leer la historia más triste de la historia, porque el vaivén de María es como hipnótico.

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  2. hay que tendremos las marias que pasamos mil sin sabores y sabores exquisitos, saludos para ti Antonio excelente relato

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  3. Me esta dando miedo esa María, parece peligrosa. Y con el encanto de que ni ella misma lo sabe...

    Un abrazo

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  4. Enhorabuena por ese libro..ojala sea un gran exito..como tenga oportunidad no lo dudes..lo leere...

    Un beso

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  5. es delicioso poderte leer

    aún desde la fría Holanda.

    Besos

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  6. Curiosas metáforas, sí. Evocan instantáneas extrañas, como de otro mundo.

    Un saludo.

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