El prodigio
Mejor ir al fin:
nada ha cambiado; sigo sin
saber; apenas un vestigio con
aires de acabar siendo;
arrecife congelado;
siempre tú y el azar de las palabras;
límpido signo de limitación;
insuficiente tara, sin embargo,
para no aspirar a iterativo: y
seguir predicando,
caricato profeta redentor,
el prodigio que soy en ti.
el prodigio que soy en ti.
Que bello este texto, y que forma tan apasionante has tenido de describirlo, paso a paso, me ha encantado y me ha gustado mucho tu blog, gracias por visitarme, te seguire visitando, un saludo.
ResponderEliminar"Siempre tú y el azar de las palabras..." Amigo Antonio, qué laberinto esto de derramarse haciendo versos, acaba uno vacío y sin remedio conocido.
ResponderEliminarUn abrazo
acabar siendo
ResponderEliminararrecife congelado, es algo que hay que evitar. Siempre está el prodigio que podemos causar en otros, siempre está el milagro de la comprensión.
Un beso.
Qué más da el mañana,
ResponderEliminarsi me concentro tanto en comprender el hoy... No estoy listo para el futuro.
Un abrazo.
Si es por amor, qué más da, el caso es seguir predicandolo, aunque sea al viento y, si tienes algún discipul@, tanto mejor.
ResponderEliminarSaludos
"el prodigio que soy en ti"
ResponderEliminarSiempre que otro me interpreta existo de bonita manera...
Abrazos