Las plagas
Digamos que arrecian plagas; que
los mares se derraman y llueve sombras;
que las paredes transpiran alevosía
cuando hacinamos —como sepultureros—
los mares se derraman y llueve sombras;
que las paredes transpiran alevosía
cuando hacinamos —como sepultureros—
nuestra derrota bajo pantallas y libros.
Sin retomar intenciones.
Despreciando todo orden de necesidad.
Deglutiendo palabras afables.
La vida se petrifica en cada gesto de censura.
Nieva el futuro muerto.
Resuenan marchas fúnebres sobre el deseo.
Digamos que la luz, oculta, y el agua arde
en la distancia que nos declara homicidas.
Que el mundo se vuelve un sórdido penal.
Y el tiempo es un fanático racista de
los momentos donde éramos extracto y meta.
Parece que arrecian plagas. Diría incluso
que se cierne sobre nosotros un Apocalipsis
prematuro. Mientras, tú, yo, silencio.
Sin retomar intenciones.
Despreciando todo orden de necesidad.
Deglutiendo palabras afables.
La vida se petrifica en cada gesto de censura.
Nieva el futuro muerto.
Resuenan marchas fúnebres sobre el deseo.
Digamos que la luz, oculta, y el agua arde
en la distancia que nos declara homicidas.
Que el mundo se vuelve un sórdido penal.
Y el tiempo es un fanático racista de
los momentos donde éramos extracto y meta.
Parece que arrecian plagas. Diría incluso
que se cierne sobre nosotros un Apocalipsis
prematuro. Mientras, tú, yo, silencio.
Una plaga? Debe ser, ese escondernos en nuestro propio yo, debe ser una enfermedad, no sé. Me ha gustado el poema.
ResponderEliminarUn beso.
plagas exterminadoras.
ResponderEliminarUn poema lleno de reflexiones, de palpable y cercana realidad. Grandes palabras bien unidas, bien tratadas.
Admiro tu trabajo, el dominio de una poesia que toca los sentidos, no lo sabe hacer cualquiera.
Saludiños y enhorabuena.
muy lindo el poema...es mucho más que la música...
ResponderEliminartan acordiossaa
saludos
y gracias
Fuerte, lleno de sombras... Un poema intenso para reflexiones profundas, y muy valiente.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí. Exactamente así, del primero al último verso.
ResponderEliminarcuando hacinamos —como sepultureros—nuestra derrota bajo pantallas y libros.
ResponderEliminarQue gran verdad.
Plagado de silencio.
ResponderEliminarHola Antonio!!!
ResponderEliminarQue bonita tu entrada, que bonita tu foto...
Sabes?? Me quedo con la última frase..""MIENTRAS, TÚ, YO, EL SILENCIO....ese va más allá de las palabras...
Un abrazo, te enlazo conmigo y te sigo leyendo...te apuntas tu tb conmigo???
Gracias por pasarte por mis siempres...
Me ha gustado mucho. Muy bien elaborado, consentimiento y pulso firme.
ResponderEliminarSaludos.
Hermoso poema. Con una metáfora profunda e interesante. Como interesante también es tu blog.
ResponderEliminarTe dejo un beso grande. Nos seguimos leyendo.
www.adrianina.blogspot.com
www.princesaturandot.blogspot.com
un bonito poema, oscuro y reflexivo....ya se sabe...lo que dijo Goya EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS... y que razón tiene y que reflexión más universal.
ResponderEliminarMuchos saludos, te leo de vez en cuando y estas enlazado a mi blog.
Luis Roser
Mucha suerte con el libro. Enhorabuena por tus escritos. Saludos.
ResponderEliminar¿Nos hemos acostumbrado a vivir de esa manera? Sí, supongo que sí, pero afortunadamente de vez en cuando en nuestro interior algo se rebela y nos levantamos con fuerza a derrotar a esas plagas.
ResponderEliminarTodo menos la aceptación de nuestra decadencia.
Besos y rosas.
me encantaron sus palabras.. muy intensas..
ResponderEliminarsaludos
Una vez soñé q se desbordaba el mar, y yo corría montaña arriba de la mano de un hombre al q dejé de amar. Cuando tuve el sueño, le amaba bárbaramente. O no?
ResponderEliminarSaludos, interesante blog.
Profundo, denso, reflexivo y fantástico poema, me gustó muchísimo.
ResponderEliminarGracias por el comentario que me dejaste, la mejor de las suertes en la venta del libro.
BESOS
Este puñado de versos
ResponderEliminarsustituyen
a los insecticidas
y dejan crecer la yerba..
un saludo.
ahhh! pero quizás esas plagas solo invadan dentro de ese cuarto
ResponderEliminarsaludos
Digamos que el principio del final ha llegado hasta nuestra cotidianidad, a los versos, amigo Antonio, y que, por ello mismo, no vale la pena plantearse el silencio final de la rima y el decir hecho estrofa. El poeta debe decir lo que no se dice a viva voz, por temor a que así sea real; el poeta debe testimoniar el encuentro entre el milagro de la palabra y la verdad de las vivencias de uno, de todos... Llegan las plagas, pero no nos abandona el verbo, reticente y sanguíneo...
ResponderEliminarAbrazos de mucho por hacer...
Pero en el silencio es mucho lo que se grita y decreta.Lo que se descubre y razona, o simplemente se revive.
ResponderEliminarGracias Antonio por tu visita y comentario.
Bello blog, hermoso poema
Mucha suerte con el libro.Lo compraré esta semana.
Me permito enlazarte en mi blogroll, espero no te moleste.
En mi soberano despiste, es la mejor forma que tengo de no perder, lecturas que me enriquezcan.
Un abrazo
Gizz
-Lys. La derrota de la tolerancia.
ResponderEliminar-Merce. Mi trabajo es fruto de comenatrios como éste.
-Allá. Gracias a ti, esres muy amable.
-Begoña. Reflexiones como las tuyas.
-Mannelig. Me alegro de que los sientas así.
-Estrada. Una verdad tan triste como real.
-Madamelulu. ...Y espera.
-Rosa Roja. Gracias por el enlace, nos seguiremos leyendo.
-Javier Belinchón. Si te ha gustado lo doy por bueno.
-Adrianina. Seguro que sí.
-Luis Rocer. Lo sé, te lo agradezco.
-Luis Lópec. Gracias, con tus ánimos no me faltará la suerte.
-Malena. Claro que sí, tu ilusión es contagiosa.
-El infalible. A mí también me encantó su comentario.
-Sara. Seguro que lo amabas, eso no se olvida ni en sueños.
-Stanley Kowalski. Te nombro crítico oficial del fin de los tiempos.
-Pedro Chincoa. La hierba que tú riegas con armonía.
-igne fatui. Ojalá, me sacrificaría por ello.
-Raquel T. El principio del final ya nos adoptó sin que nosotros ofreciéramos resistencia alguna. Esperemos cambiar.
-Gizela. Es un verdadero honor el que me brindas. Gracias