Poesías, relatos, cine, música... Un remanso en medio de este apocalipsis (grupo EFDLT)

Placer mutuo

Placer mutuo
Moda poética (ediciones limitadas)

lunes, 31 de marzo de 2008

No es fácil quererte



No es fácil quererte a veces:
depender de una mirada cómplice
cuando sólo ves buitres acechándote,
es como respirar obsesionado porque
el aire que te sostiene, poco a poco,
te consume, y eres consciente de
cada gota de aire que te oxida
hipotecando tu ilusionada sangre.

No es fácil tener que imaginarte
estando tan endemoniadamente
cerca mi boca de la tuya, y mis
manos de tu indómita cintura.
La noche sume en el caos mis
expectativas y el día claramente
lo confirma; somos carroñeros
rivales que no comen con tal
de que el otro, tarde o temprano,
se rinda.

No es fácil quererme a veces,
tú también me arrancarías de
un zarpazo la parte de mis sesos
que hiere, y que nunca echarías
de menos,
lo sé, y espero que el resto de mí
te compense para siempre.


                                                                     

jueves, 27 de marzo de 2008

Dark City (Alex Proyas)

Dark City se estrena en 1998, un año antes que la aclamada Matrix, la cual copia de su predecesora innumerables situaciones y ambientes, dirigida por Alex Proyas, Dark City es una de esas escasas películas de ciencia ficción que cada cierto tiempo aportan interés, originalidad y misterio a un género cada vez más superficial y efectista.
El protagonista intenta recordar su identidad y paralelamente va descubriendo el siniestro engaño al que está siendo sometida toda la sociedad donde vive, por unos misteriosos y evolucionados seres que los manipulan, intentando descubrir en ellos la clave...
Aquí la destripan mucho mejor:
http://es.wikipedia.org/wiki/Dark_City

Hay períodos donde me siento igual de dirigido y utilizado que John Murdoch: al servicio de alguien superior y sin escrúpulos que parece disfrutar experimentando con mi cerebro, en busca de quién sabe qué macabro o sublime propósito.


Aquí un aperitivo de este misterioso universo:

lunes, 24 de marzo de 2008

Un cortijo andaluz: Gumersindo el porquero (Fin)



La mamá gallina aún no había divisado al mastodóntico perro, oculto casualmente detrás de la pared del pozo del cortijo, bebiendo de un charco como si la sangre de la cochina aún se resistiera a claudicar quemándole la garganta. Saciada la sed levantó al aire su hocico, alzó sus orejas como armas antiaéreas hacia el cielo, ladeó su cabeza para ayudar a sus sentidos a confirmar ese aroma de presas plumíferas que embriagaba a sus ancestrales instintos, de repente se giró, rodeó encogido el pozo en dirección contraria al rastro, cuando el ave se dio cuenta de su presencia éste ya estaba a apenas un metro de sus suplantados polluelos, cacareó agónicamente y de un aleteo desesperado cayó entre los perdigones y el can, prácticamente besándole el aliento asesino intentó con su determinación hacer entrar en razón al depredador, con sus delirantes aspavientos más que lograr intimidar lo que pretendía era alertar a todo el mundo de las siniestras intenciones de su acosador, el perro lobo miró a su alrededor, los polluelos aprovecharon el impasse para romper la formación y agruparse bajo la cola de la única madre que por suerte habían conocido. El cazador vio como su dueño y sus desconfiados congéneres lo observaban como si de sus actos dependiesen sus grises vidas, luego giró su mirada y contempló a la mujer del encargado y dueña de las aves saliendo de su casa, y antes que pestañease se echó en los fríos guijarros que conformaban el suelo, se dejo caer sobre su lomo y dio un bostezo desinteresado como si nada hubiese pasado, que además era exactamente lo que sucedió, nada.
Pero Gumersindo entendió rápidamente después de la actuación magistral de su perro que la situación era mucho más grave de lo que pensaban, no sólo confirmó que mantendría para siempre esos instintos asesinos, sino que era capaz de aprender y de improvisar, y esas facultades en un cánido de su corpulencia y mandíbulas eran totalmente incompatibles con la tranquilidad y la armonía que debía reinar entre los habitantes y las bestias de un cortijo. A la mañana siguiente nadie de los que presenciaron la escena del pozo le preguntó a Gumersindo dónde estaba su perro, y mucho menos el por qué. FIN

miércoles, 19 de marzo de 2008

Las estaciones



Ya puedo adivinar el verano en el
barroco de tus cabellos en llamas,
maduras como dátiles y abandonas
tu cálida pupa de canela,
una fina capa de mar te socorre y te sazona.
Y esa ropa dejando entrever tu albura aún
invicta, provoca el bochorno en la ciudad
y el impulso de las olas.


Tu sombra vertiéndose prematura
entre las hojas me trae de repente el otoño,
baña los bancos y las fuentes de los parques,
cubriéndolo todo de una inalcanzable distancia.
Tu lánguida mirada tiñe la tierra de colores ocres,
y esa tímida sonrisa abandonada invoca
a los vientos y a las luces del norte.


La confortable palidez abrigada que
desprendes cuando me otorgas el invierno
en tus manos azuladas, hace que el mundo
cambie su órbita hacia la penumbra y la nieve.
Tu recogimiento da paso a borrascas y a
calles desérticas que suspiran por tus tacones.
Toda la naturaleza nutriéndose de ti,
esperándote para renacer a la belleza.


Resucitan los aromas y los colores
imitando la locura de tu cuerpo cuando asoma,
la primavera promueves ante mí por la
debilidad de tu débil ropa y los perturbadores
abismos que provoca, y cantan nerviosos
los pájaros, y nacen agónicos los versos,
la tierra se engalana a medida que la pisas,
como intentando complacerte, y sin querer,
me hace comprender en ti, el motivo de mi vida.


Del verano, el mar que te sazona ,
Del invierno, tu confortable palidez.
Del otoño, la lejanía de las sombras.
De la primavera, el despertar de tus formas.

jueves, 13 de marzo de 2008

Filosofía barata



Si hay alguien ahí fuera que después de leer esto crea tener respuestas, le agradecería, por el módico esfuerzo de un comentario, me las hiciesen llegar antes del fin de los tiempos.
Si nuestro destino eterno depende de haber sido en vida malo o bueno.
¿Dónde iremos el resto?
Si tuviésemos la certeza de un paraíso.
¿Seríamos buenos por naturaleza o por conveniencia?
¿Se consideraría este último caso como un pecado?
Si no existiesen actos malvados.
¿Habría religiones, políticos o telediarios?
¿Qué estaría escribiendo yo en este momento?
Si ella no compartiese el mismo tiempo, y más o menos un lugar cercano al mío en el más allá.
¿Podría quedarme plácidamente esperando su alma en el limbo?
Si he de reencarnarme en un animal.
¿Me podría tocar de nuevo ser una persona?
Si después de la vida sólo hay muerte.
¿Cómo podría eludir la angustia de pensar que no estoy aprovechando mi tiempo?
Si la vida no es más que un fugaz latido en el tiempo, no deberíamos dilapidarlo haciéndonos absurdas preguntas para entenderlo.

lunes, 10 de marzo de 2008

Grata amenaza



Tan vehemente como dulce,
súbitamente bienvenido,
adictivo como todo lo imprescindible.
Estalla todo tu amor de repente
agónico e irascible;
verdugo de labios exánimes,
señor de carnívoras veleidades,
mecenas de lo inconcebible,
musa de improvisadas masacres,
sedicioso néctar irredento
que eleva sangrientas vocales asfixiadas,
reino de humedales entre cabellos.

Estoy aquí, rindiéndote pleitesía,
morador furtivo en tu incertidumbre,
estoy aquí pero no te espero,
préndeme hasta los huesos
y delimita con mis restos tus fronteras.

jueves, 6 de marzo de 2008

Cuento de Zapatero, Rajoy, y las elecciones del 2008

Érase una vez un país llamado Zapajoy, palabra compuesta que proviene de la combinación de parte de los nombres de sus dos profetas más venerados, a los que el pueblo entrega incondicionalmente su destino, y que siguiendo las pautas históricas de toda práctica religiosa, se encuentran radicalmente enfrentados, arrastrando en su desenfreno a la mayoría de las débiles almas de su pueblo. Zapajoy es un país de apenas cuatro años que cada dos bienios tiene la oportunidad de cambiar su nombre, o permanecer con el mismo otros tantos. El nueve de marzo de este año los habitantes de Zapajoy -aún no se ha votado para elegir el gentilicio adecuado- estamos llamados a la urnas para determinar que líder espiritual debe proporcionarnos la paz interior y la felicidad suprema a base de ostias, entiéndase obleas o buenas maneras.
Los seguidores del profeta “Zapatero del buen talante”, ganador de las últimas oraciones, y por tanto, profeta mayor del reino, votarán por conservar el nombre. Y los fieles a la iglesia del profeta “Rajoy de las pobres niñas”, harán todo lo posible por que su amada patria se denomine por fin Rajozapa.
También existen un buen número de profetas menores ávidos por reclutar esas almas desencantadas que han perdido la fe a causa de algún mandamiento reciente que les haya podido afectar a sus bolsillos o a su intolerancia. O bien esas otras ánimas que son lo suficientemente egocéntricas como para intentar fundar en solitario una nueva doctrina, como siempre, nacida de la ambición celestial y un orgullo divino desmedid.
Espero que no osen soliviantar el ánimo de nuestro Papa Juan Carlos, Rey de todos los que callan…

lunes, 3 de marzo de 2008

Antes de amarte



No puedo imaginar qué sería si
no fuese la atmósfera que intenta
separar el ánimo de la atonía en
cada lugar donde tu deseo respira,
y que a veces intuyo cuando callas.
Si no fuese el sosiego donde tú;
ermitaña de mis axilas, con bucles
aún húmedos y enloquecidos, buscas
la paz entre mis caricias malcriadas.
Si no fuese el depredador que acecha
camuflado entre una sarta de absurdos
rituales, el momento para devorarnos
con la saña de un enjambre violado.

Antes de ti sólo recuerdo los abrazos
que no me dabas mientras tus manos
inexistentes araban sobre mi espalda.
Antes de ti mis palabras eran piedras
floreciendo en un desierto de especulaciones.
Antes de tu amor no imaginé nada
parecido, nunca añoré un beso al azar
sin motivo aparente en un hueco sin
espuma, mientras me afeitaba .
Antes de tu amor, amar era tan fácil
como imaginarte entre mis manos desnuda.
Antes de ti, amar no desangraba,
no erigía universos improvisados,
no trascendía a la muerte y a las lágrimas.
Antes de amarte, amar era diminutivo.

jueves, 28 de febrero de 2008

El día de Andalucía

Andalucía es una forma en concreto de entender la vida, ni mejor ni peor que otras. De intentar vivir un poco de lo que realmente somos, cada día.
Una manera de buscar el arte y la belleza que pueda albergar cada sensación vagabunda que nos rodea, en cualquier momento y bajo cualquier excusa.
El mayor placer del hombre es compartir alegrías con lo demás, y desterrar tristezas entre todos.
Por desgracia cada vez está más occidentalmente globalizada, pero aún nos quedan cosas como estas:



lunes, 25 de febrero de 2008

La sonrisa prometida



Prometo que haré lo inconcebible;
sin pudor iré de la caricia al asalto,
de irónico pasaré sin escalas a
mentecato, para provocar cada día
que me padezcas, en ti, una sonrisa plena;
felación perpetua a la vida que acompleje
a la muerte sin piedad, hasta agonizar
entre sus amnésicos abrazos.

Viajaré de payaso por pintorescos
recuerdos; bufón aventajado de
tus nostálgicas alegrías.
Mi lengua alborotará hasta el
último recato que tu piel auspicie
en sus reductos vírgenes.
Improvisaré holocaustos de palabras
irreverentes en esos días sin
expectativas.
colmaré de guiños y de muecas
las horas que nacieron muertas
ante tu mirada absorta.

Y así, hasta el fin de los tiempos,
que puede ser ahora si no sonríes
al acabar de leer estos versos
esclavos de tu deleite.

jueves, 21 de febrero de 2008

Los Esenios y Jesucristo



No soy precisamente un erudito en temas religiosos, de hecho, para no estresar la armonía de mi piara de neuronas, no me permito el lujo de profundizar en nada que pueda plantearme en un futuro una pregunta existencial. Aún así, a veces, no puedo evitar saciar cierta curiosidad sobre las paranoias del hombre a lo largo de su existencia, convertidas en sobrecogedoras historias gracias a la erosión del tiempo, las interpretaciones partidistas y la exageración.
Esto es lo que más me sorprendió, intentando adivinar algo sobre los esenios, secta judía, para algunos, guías espirituales de Jesucristo.
Las sectas judías activas mayoritarias en aquellos tiempos eran: los Esenios, los Saduceos, los Fariseos, y los Zelotes.
Los Esenios se autodenominaban con varios nombres; cada uno para definir sus diferentes misiones, a veces como "Los Electos" o "Los Justos Escogidos" refiriéndose a la Elección de Israel en el Monte Sinaí.
Llevaban un modo de vida virtuoso, en una comunidad que para muchos sería la semilla del cristianismo. Se dedicaban a las tareas agrícolas, a la oración, y al estricto cumplimiento de la ley de Moisés.
Esperando al Mesías se adentraron en el desierto para seguir "puros" al menos ritualmente puros, y continuar así fieles al Pacto.
Lo que la actual Biblia no nos enseña con respecto a la vida de Jesús, es el por qué literalmente desaparece desde los diez hasta los treinta años.
Según los Esenios, en este período de tiempo Jhasua ascendía a sus santuarios, hecho que repitió constantemente, ya que los sabios debían guiar su espíritu en los primeros años de vida.
Con el paso del tiempo, Jhasua, debe aprender a utilizar el increíble potencial espiritual que posee, dedicándose a estudiar las escrituras custodiadas celosamente por los Esenios, de miles de años de antigüedad. Fue cuando descubre sus anteriores encarnaciones, también su misión entre los hombres en un futuro próximo, y por supuesto, sabía perfectamente cual sería su trágico final.
Según el manual de disciplina de los Esenios, hallado en las cuevas del mar muerto:
"El origen de la Verdad está en el Lago de la Luz y el de perversidad se encuentra en la Fuente de Oscuridad, todo aquel que practica Justicia está bajo el dominio del Príncipe de Luz y camina por el camino de luz; todo aquel que practica perversidad está bajo dominio del Ángel de Tinieblas y camina en el camino oscuro"
Los Esenios ocultaron en un monasterio budista del Tíbet el Evangelio de los Doce Santos, uno de los documentos cristianos más antiguos que existen.

Yo me quedo con este dicho de origen Hebreo:
"Más vale salvar el alma que conquistar el Mundo"

Fuente principal: El olivo

lunes, 18 de febrero de 2008

De mi viaje a Italia. Roma (I)



Después de dejar el equipaje en el hotel, y teniendo en cuenta que sólo estaríamos tres días en la eternidad de esta maravillosa ciudad, decidimos ver Roma bajo las estrellas. Fue la noche más fría de toda la semana en Italia, pero díganme ustedes, mientras contemplan la Fontana de Trevi en la penumbra de su belleza, ¿no creen que valió la pena?
Uno de nuestros compañeros de viaje, también de Sevilla, cogería un enfriamiento agudo que no lo abandonaría en todo el viaje. Repartiendo a diestro y siniestro una sarta de estornudos cuando menos lo esperabas, fue como el hilo musical en nuestro deambular transalpino. Aún lo recordamos a veces con el sobrenombre de “coca coul”, apelativo ganado a pulso cuando una noche, cenando en un restaurante, él quiso hacer gala de su don para los idiomas y el mestizaje, y le pidió a la camarera que le trajese “por favore, una coca coul”, a cambio de aquel vino peleón de la Toscana. Por supuesto ha sido, que yo recuerde ahora mismo, una de las cenas donde más me he reído en mi vida, de hecho, hasta que no le pidió el refresco en español, como lo hicieron miles de turistas antes que él, la camarera no lo entendió.
No, no conozco de nada a la joven de blanco, parece que sonríe mientras el novio, tiritando, difícilmente logra encuadrarla con la cámara. Seguramente acabaría consiguiéndolo, y tres años más tarde, con una temperatura parecida, y un escenario idéntico en lo majestuoso y barroco, ella al fin no estará allí. Cómo me gustaría volver y saldar de una vez la deuda histórica de no haberme fotografiado, por verdadera masificación del escenario, tirando una moneda a la fuente, acompañando el gesto con un deseo…

jueves, 14 de febrero de 2008

Llanto por Federico García Lorca

No se trata de hablar de la vida de Federico, intentaré no menoscabar su significado bajo una recopilación de fríos datos sobre su obra.
Simplemente lamentar una vez más, todas las palabras que le robaron a la eternidad de nuestras emociones, de nuestra sutileza, de nuestro gozo ante la belleza. Dejaron huérfana nuestra intimidad justo cuando florecía, cuando el arte se respiraba y la noche nos mecía en romances y melodías.
Cuando la ignorancia se alía con el poder, el odio y la estupidez triunfan.


Federico era el verde de las hojas,
fue requiebro, era quejío,
amapola desangrada en medio
de la guerra, romance de las olas,
llanto de arena, susurro de la alhambra,
aire fresco entre barracas y llantos,
alegría fusilada por una idea yerma …



lunes, 11 de febrero de 2008

La amistad errante (I)



Todos se sorprendieron al coincidir puntualmente a la hora acordada, algunos no pudieron contener la emoción y bajaron de sus coches – nada que ver con esos viejos vespinos rojos en los que llegaban antiguamente cargando con los pies de micros, cables, bebidas, y altavoces como si fuesen los zurrones de un borrico- para saludar a los demás, mientras el anfitrión abría la cancela del modesto chalet.
Se trataba de un intento casi desesperado por rememorar aquellos tiempos donde la reuniones entre amigos eran de todo menos escasas, y en ese lugar en concreto siempre fueron de algún modo mágicas; aunque la música y el alcohol nunca fueron el motivo, la verdad es que llegaron a ser los elementos que más veces asistieron a tales eventos, e impregnaban de una dulce sensación una orgía de sonrisas, miradas cómplices, compenetrados guiños, y constantes saludos entre camaradas que creyeron estar unidos para siempre, con la ilusión de pensar que al menos en eso, si serían realmente especiales.
Fueron entrando en la casa con un murmullo repetitivo de saludos, risas pueriles y besos casi al viento, como si fuesen unos desconocidos. Todos de pie en el mítico salón esperaban que alguien con autoridad moral suficiente declarase abierta la veda a ese extinto libre albedrío tan añorado, ese que siempre había reinado al cobijo de esas viejas paredes.
Bueno, ¿a qué esperáis? Dijo Vicente viendo que nadie se atrevía ni tan siquiera a sentarse…

jueves, 7 de febrero de 2008

El profeta pagano



Como un suicida predico dejándome
caer desde tu garganta hasta el frío
infierno donde acaban tus pies,
intentando evangelizar con historias
de placeres paradisíacos a todos tus
miembros paganos.
Voy reclutando fieles dando ejemplo,
uno a uno, siervos desertores de tu
gélido silencio, pilares sobre los que
fundaré mi iglesia en tu agnóstica cintura,
que abrumada ante tales milagros apenas
susurrados, pronto acogerá mi reino.


Esta es la plegaria idónea para que
emprendas una nueva era, una nueva
fe que redima para siempre esas dudas
que pudren en el limbo toda la alegría
de creernos eternos cuando el amor se nos
transforma en fuego; llamas celestiales
que caen ardiendo sobre las yemas de
tus dedos cuando deforman mi espalda,
como empujando mi sangre hacia tus adentros.

lunes, 4 de febrero de 2008

Un cortijo andaluz: Gumersindo el porquero (IV)

… De repente salen de un antiguo salero reconvertido en oficina de control para la campaña de espárrago, y finalmente abandonado al ostracismo, como la propia campaña, una gallina perseguida por trece perdigones en fila india y a paso ligero, últimamente la oficina se utilizaba de incubadora para todo tipo de pájaros, perros conejos y demás fauna cortijera potencialmente comestible, útil o digna de disfrute.
Aún recuerdo la sal petrificada del año anterior haciendo del cuarto una pieza maciza, que había que desmoronar a base de pico y maldiciones escupidas cada vez un fragmento salino te sorprendía con los ojos o la boca abierta. Con anchas palas se llenaban las espuertas que más tarde se subían mediante una soga y una polea a un pilón elevado, que contenía un mecanismo de batida a base de palas para preparar la salmuera en su justa concentración, después, con la ayuda de la gravedad acabaría como líquido amniótico albergando a las olivas dentro de un bidón.
El trío del cortijo tenía ante sus ojos lo que podría ser la prueba definitiva que determinase la condición o no, del perro del porquero como arma de destrucción masiva.
Todos pensaron lo mismo, al unísono, pero nadie agregó una sola palabra a esa asombrosa reflexión colectiva, excepto Gumersindo que acabó la expectación preguntándose ¿a ver, a ver?...

lunes, 28 de enero de 2008

Sin límites



Sin límites, la deformidad
imantada que se origina cuando
de pie descansas tus perfiles sobre
una sola de tus piernas,
hace que pueda oír los aullidos de mis
terminaciones nerviosas.
Endemoniado destino de células epiteliales;
donde provocas sabores a mareas,
sobrenaturales desarrollos arteriales,
o perpetuos eriales de sangre misógina.

Cada víbora que desciende contoneándose
de tu cabeza dejando entrever tu rostro,
acorrala en la sangre de mis manos la paciencia.

Vagan perversas tus curvas en la órbita
de mi imprudencia sin concebir la estampida
que estás a punto de padecer.

Ese inefable recodo que forman tus caderas
extingue de mis pulmones el aire, y desvía
el cauce del amazonas haciéndolo fluir
impetuoso y salvaje entre mis piernas.


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jueves, 24 de enero de 2008

Fábula de la lagartija y la mosca



Hoy he visto unas podarcis hispánicas tomando el sol plácidamente en un muro de piedra, seguramente llevan una semana bronceándose por todo su territorio, que no abarca más de unos metros en Sevilla. Puede que no sepáis lo que es una podarcis, ni falta que os hace teniendo en cuenta que lo aclaro en el párrafo siguiente. Yo me encontraba a menos de dos metros de ellas, disfrutando también de unos veintitrés grados de temperatura en pleno mes de enero, mirando con detenimiento sus evoluciones; tan pronto eran estatuas florentinas en perfecta armonía con el medio, como eléctricas culebrinas cambiando repentinamente de posición, a una velocidad que difuminaba sus pasos, intentando quizás reconfortar otra zona de su cuerpo a base de una sobredosis solar, o tal vez sólo buscaban un ángulo diferente desde el cual recrearse con otra panorámica de su reino.
¡Cómo envidio a esas lagartijas! creyéndose dioses de su mundo, desafiando a las leyes de la naturaleza haciendo caso omiso a su reloj biológico, y tomándose vacaciones en plena época de letargo, sin jefes ni normas, sin futuro ni pasado. Convencidas de ser eternas, temiendo sólo a tangibles dioses que no reconocerían, llegado el momento, a la muerte.
De repente un díptero gigante, vulgarmente llamado con el sobrenombre andaluz de "vaya peazo mosca", se posa a unos escasos veinte centímetros de una de ellas, la lagartija avanza hacia su presa a breves y rápidos intervalos, cuando la mosca intenta levantar su orondo cuerpo ya se encontraba atrapada entre las mandíbulas del saurio, y sus alas sobresaliendo de entre los dientes, aún libres de presión y de saliva, no pudieron elevar el peso de ambas criaturas y agotadas se rindieron a la muerte, como el resto de su cuerpo.
Ahí estaba yo, ejerciendo de herpetólogo filósofo de pacotilla, esgriemiendo bucólicas interpretaciones sobre el idílico deambular de los reptiles, cuando resulta que sólo estaban esperando, como lechuzas en el silencio, que el zumbido de las alas de su almuerzo cesaran su sonido a una distancia no muy lejana a la de sus fauces.
Esto es una fábula aunque yo sea el único animal que hable, y como tal contiene una esclarecedora y didáctica moraleja: El cambio climático ya está aquí. ¿Qué haremos con miles de lagartijas obesas?

jueves, 17 de enero de 2008

Un cortijo andaluz: Gumersindo el porquero (III)


…Así que estoy pensando sacrificarlos, sopesó Gumersindo negando con la cabeza y esperando un consejo de sus acompañantes. Francisco el almacenero le dijo que sólo había que observar detenidamente al perro para reconocer que tenía todos los andares de alguien acostumbrado a esquivar las ascuas del infierno.
Aún tenía teñidos de rojo sufrimiento los pelos negros zainos que delimitaban sus protuberantes mandíbulas.
Antonio, el cocedor de aceitunas, aseguró que más le valdría sacrificar al perro delante de los lechones, así se ahorraría volver a lamentar otro ataque por sorpresa del perro lobo loco, y además daría la oportunidad a los cerditos de rehabilitarse sicológicamente del terror que definía la expresión sin alma de sus ojos, siempre lacrimosos desde aquella madrugada.
Gumersindo se quedó absorto en la candela, sus contertulios, supieron respetar en silencio la deliberación final del porquero, teniendo en cuenta que estaban en juego más de una vida, y se giraron ciento ochenta grados para exiliar también el frío de sus espaldas.
Los jornaleros habían salido ya hacia el campo, unos en sus coches y motos, otros cantando en los remolques para disimular y contrarrestar la tiritona. El patio del cortijo sólo albergaba en ese momento la trascendente decisión que se estaba fraguando en la bien amueblada cabeza del curtido Gumersindo. Francisco y Antonio se volvieron de nuevo, los dos coincidieron al mirar de inmediato la expresión que pudiera tener en su cara el porquero, luego se miraron mutuamente, perplejos por la inusual tardanza de la sentencia sobre la vida de esas inocentes bestias…

lunes, 14 de enero de 2008

Tras la ventana



Viaja en paz el mundo
por el espacio oscuro.
se agotan serenos los astros infinitos.
Ella está aquí.
La luz releva a una luna cristalina.
Las hojas caducas caen de los árboles
sin decir adiós ni guardar rencor.
La lluvia arrecia como
llamando a la ventana, y las gotas
de agua se consumen en el cristal,
soñando con bendecir tu espalda.

De un nido, en una rama,
Asoman unas insaciables gargantas,
tres anunciadores de albas.
Una collera de palomas,
se cortejan en una débil rama,
un mochuelo desvelado las contempla,
y asiente perplejo y sin descanso
al vaivén del deseo en sus miradas.

Una armónica fila de hormigas,
con sus larvas a cuesta,
por el balcón, anda de mudanza.
Volando llega una araña a la reja,
y rauda teje una diana de cristal infranqueable.
Una libélula en busca de sombra,
imita en una maceta, con sus alas invisibles,
a las hojas. Y la verdina renace sin ira,
aún más verde, adornando el suelo, entre las losas.

Así transcurren perfectos los días,
cuando ella está aquí,
floreciendo sobre mi cuerpo,
tras la ventana.

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